Sabado, 18 de Mayo de 2024  
 
 

 
 
 
Opinión

Amanecer del Gallinero

Por Sergio Díaz Ramírez, Ing. Agrónomo Eco granja Parque Cordillera.

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Esta especie de gallina, comúnmente llamada “Cogote Pelado”, se caracteriza por tener un cuello desprovisto de plumas, además de menor plumaje en pechuga y alas, debido a una mutación genética espontánea. Esta diversificación ocurrió en la zona de Transilvania, Rumania, la cual atrofió los folículos productores de plumas en estas aves.

Se encuentran distribuidas por todo el mundo, y es común verlas en producciones de traspatio en el Valle de Aconcagua. Son muy apreciadas por sus diversas cualidades. Poseen un buen desempeño productivo, alta resistencia a enfermedades, disipan mejor el calor corporal, hacen un uso eficiente de los aminoácidos y oligoelementos, gastan menos proteínas en la formación de plumas durante el crecimiento y mudas continuas, además del buen sabor de su carne.

Este es un buen ejemplo de lo que vemos en la crianza campesina o lo que frecuentemente veíamos en el campo chileno.

Normalmente existen estudios y difusión de la gallina mapuche, incluso incentivos gubernamentales y es muy bueno que existan. De hecho, los ejemplares de collonca y ketro, son iconos y baluartes del país, al describir la postura de huevos verdes, sin embargo, estamos siendo injustos con otras razas que han logrado acriollarse y que lamentablemente vemos cada vez menos en la vida campesina.

Es importante relevar, describir y promover el conocimiento de aves tan bellas, además de las descritas, como trintres; tufuas; tusonas; patojas; flor de haba; copetona y flor de almendro.

La trintre se caracteriza por presentar plumas crespas, insertas al revés, generalmente ralas. Presentan variedad de colores, yendo desde el negro a blanco jaspeado. Se le asocia a un elemento protector de malos espíritus, por esta razón muchas veces se mantiene al menos algunas de esta tipología.

Las tufuas, gallinas preferentemente altas, provienen de razas introducidas como las cochinchinas, con aretes en los ojos y barbonas, con patas sin plumas, debido al criollismo y larga data de generaciones. La crianza de esta gallina resulta de gran atractivo.

Las tusonas, con pluma levantada sobre el cuello, prevalecen más en la zona sur, sin embargo, dicha característica se ve eventualmente en la zona centro. Estas especies no son comunes pero su característica han logrado fijarla.

Cuenta la sabiduría popular que las aves patojas, de cuerpo ancho y patas muy cortas, lograron mantenerse en la cultura campestre, debido a lo fácil que resulta atraparlas en la producción de subsistencia. Además, son muy buenas de cloquez y crianza.

Las copetonas, siempre aparecen en crianzas de campo, provienen de cruzas de razas exóticas como paduanas y polacas, pero ya nada se asimilan y sus principales características son las de una gallina grande y con denso copete, de variados colores de plumaje, siendo más común encontrarlas con fondo blanco.

Capítulo aparte para la flor de haba (fondo negro y puntas blancas) y flor de almendro (fondo rojo y puntas blancas), hermosas gallinas medianas a grandes, con huevos marrones claros y verde azulado, muy llamativas y buenas madres. Provienen de razas españolas y lograron posicionarse con características criollas.

De menor importancia como razas, sin embargo, también destacan por sus colores las gallinas Jira; Negra tapada; Tejuela; Perdicita…

Estos tipos criollos de gallinas que aún se encuentran en las producciones campesinas y a cargo de apasionados de estas aves, provienen de cruzas producidas de antes de la explosiva producción industrial de la década del 50 del siglo pasado, de manera que las características más antiguas son las que predominan (color verde azulado del huevo; cloquez acentuada; rusticidad; resistencia a las enfermedades; tolerancia climática; habilidad para digerir el alimento de baja calidad…).

 

 Nota del Autor: Este artículo está dedicado al criancero Sr. Javier Diaz, gran persona de campo, que carga con largos lustros y sobre todo la sabiduría de alguien a quien la vida le regalo el talento de interpretar la naturaleza, hacerla producir y disfrutarla. Un hombre que bajó del interior de los cerros de Putaendo donde en su juventud y adultez criaba a potrero hasta 800 pavos por temporada. Hoy se ubica en Quebrada Herrera, sector las compuertas, donde mantiene animales y aves rurales, pero especialmente la mejor cría de gallinas criollas, donde sutilmente aparecen las razas antes descritas, anunciando los mejores huevos que una producción campesina puede ofrecer.

 


 
 
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