Araucaría araucana
La araucaria o pehuén (Araucaria araucana) es un árbol siempreverde, capaz de crecer hasta 50 m de altura, posee un tronco cilíndrico y muy recto, de hasta más de 2 m de diámetro.
Presenta una copa de aspecto piramidal, similar a un paraguas, con un patrón de ramificación relativamente regular, con 3 a 7 ramas por verticilo, de disposición perpendicular al tronco, o bien ligeramente arqueadas hacia arriba. Las ramas alcanzan el suelo cuando los árboles son jóvenes, y hacia la adultez, las ramas inferiores se van desprendiendo, lo que determina que la copa se inicie a gran altura del fuste. Exhiben una copa abierta con ramas angostas, en la que la nieve no puede acumularse.
Las ramas, de aspecto cilíndrico, se hallan densamente cubiertas de hojas dispuestas de manera muy imbricadas o naciendo cada una de manera comprimida cercanas entre sí. Son perennes, no presentan pecíolo (son sésiles), de textura muy rígidas, duras, coriáceas, de forma lanceoladas (como puntas de lanza) y provistas de un mucrón o espinita terminal. La base de la hoja es muy ancha y pegada a la rama o tallo.
Hojas y follaje de la Araucaria
El tamaño de las hojas alcanza aproximadamente 3 a 4 cm de largo, por 1,5 a 2 cm de ancho. Su color es verde oscuro, lustroso, y presentan estomas en ambas caras. Las hojas se disponen de manera helicoidal o espiralada, cubriendo totalmente el tallo.
En ejemplares plantados en ciudades de Chile, se suele confundir con la especie Araucaria angustifolia, proveniente del sur de Brasil y noreste de Argentina. La diferencia más notoria está precisamente en las hojas que quedan pegadas al tallo. Si estas hojas que quedan pegadas, en su mayoría se presentan hacia arriba, se trata de Araucaria araucana. Por el contrario, si la mayoría de las hojas remanentes al tallo principal o tronco se presentan hacia abajo, se trata de Araucaria angustifolia, llamado Pino de Paraná.
Flores, frutos y semillas
Se trata de una especie dioica, es decir hay ejemplares con flores masculinas y ejemplares con flores femeninas que son quienes producen frutos. Las flores masculinas son conos amentiformes cilíndricos, de ubicación terminal en las ramas. Son de color castaño oscuro, de 8 a 12 cm de largo y 4 a 5 cm de diámetro, con numerosas escamas punzantes, espiraladas, densamente imbricadas que al abrir liberan abundante polen. Terminan en un apéndice aplanado. Los amentos masculinos aparecen entre agosto y septiembre. En condiciones naturales, sólo los árboles del estrato dominante participan en la reproducción.
Las flores femeninas son conos esféricos de color verde, de unos 15 a 20 cm de diámetro, compuestos por numerosas escamas coriáceas y punzantes. Estos conos femeninos se localizan en los extremos de las ramas nuevas y comienzan a desarrollarse hacia fines de noviembre.
La polinización es anemófila. Luego de la fertilización, que ocurre en enero, el cono se lignifica y endurece, para luego abrirse y diseminar las semillas 16 a 18 meses después, dentro del ciclo reproductivo que dura dos años.
Cada cono libera entre 120 y 200 semillas, comúnmente llamadas “piñones”, tienen un tamaño de 4 a 5 cm de largo por 1,5 cm de ancho, de forma oblonga a cuneiforme, algo comprimidas, de color siena, carecen de alas y presentan un ligero apéndice apical. Se trata de una semilla pesada, con 200 a 300 semillas por kilo, en promedio 3,8 g por semilla.
En la diseminación natural de las semillas interviene principalmente la gravedad. La mayor parte de las semillas se concentran en el área directa bajo la copa, con una distancia máxima de dispersión de 11 a 15 m del fuste. Agentes como aves, destacando los loros Enicognathus leptorhynchus y Microsittase ferruginea minor y algunas especies de roedores, contribuyen a dispersar las semillas al transportarlas hacia áreas alejadas del árbol madre.
FUENTE: www.chilebosque.cl