El círculo de la desigualdad: el embarazo adolescente y su repetición en jóvenes mexicanas

 

 

 

Resumen

En nuestro país, la incidencia del embarazo adolescente es un problema de salud y de derechos sexuales, reproductivos y humanos, especialmente en los contextos de desigualdad social del México contemporáneo. En este trabajo exploramos algunos factores sociodemográficos asociados al primer embarazo y los embarazos subsecuentes cuando éstos ocurren durante la adolescencia.

Introducción

Según el censo de 2020, en México 17.2% de la población son adolescentes de 10 a 19 años (Inegi, 2020) y una importante proporción vive en situación de pobreza y exclusión estructural (Gonzalo et al., 2019), hecho que restringe sus oportunidades educativas y laborales, con un impacto negativo en el reconocimiento de sus derechos, y que se ve reflejado en la incidencia del embarazo adolescente dado que la literatura especializada señala la existencia de un vínculo entre los contextos sociales precarios y la ocurrencia del embarazo durante la adolescencia.

Datos recientes confirman que la fecundidad y los embarazos adolescentes siguen siendo fenómenos frecuentes en el país. Las tasas específicas de fecundidad han permanecido prácticamente constantes en la última década, estimándose, por cada mil mujeres de entre 15 y 19 años, 68 nacimientos en 2009 y 70 en 2018 (Conapo, 2018). En cuanto a embarazos, las tasas específicas fueron de 77 por cada mil mujeres de 15 a 19 años y, según la misma encuesta, en 2018 33.8% de las jóvenes de 20 a 24 años tuvieron al menos un embarazo durante su adolescencia.[1]

Se ha señalado que el embarazo en la adolescencia puede representar un riesgo bio-psico-social tanto para la madre como para el recién nacido, y una mayor mortalidad materno-infantil (Menkes y Sosa-Sánchez, 2016), sugiriéndose que estos riesgos se profundizan cuando se trata de un segundo o tercer embarazo subsecuente durante la adolescencia (Lewis et al., 2012; Hubert et al., 2018). Así, los hijos resultantes de este tipo de embarazos tienden a mayor incidencia de bajo peso, problemas en el desarrollo, rendimientos escolares menores y mayor riesgo de depresión y de deserción escolar si se les compara con los hijos nacidos de primeros embarazos en este período. De igual modo, los estudios precedentes indican que los embarazos subsecuentes pueden jugar un rol central en la disminución de la autosuficiencia económica de la madre (Polit y Kahn, 1986).

En este trabajo buscamos identificar algunos factores sociodemográficos vinculados al primer embarazo y los subsecuentes durante la adolescencia, centrándonos en las jóvenes mexicanas de 20 a 24 años que tuvieron al menos una gestación entre los 10 y 19 años de edad.[2]

Características sociodemográficas de las jóvenes que se embarazaron durante la adolescencia[3]

El cuadro 1 confirma que la mayoría de las jóvenes de 20 a 24 años que tuvieron al menos un embarazo durante su adolescencia pertenecen al estrato sociodemográfico bajo o medio bajo[4] (82.8%); únicamente 17.2% pertenece al estrato medio-alto o alto; 28.8% reside en áreas rurales,[5] y 37.9% declaró pertenecer a una etnia. La mayoría se inició sexualmente teniendo entre 15 y 16 años (68.3%); 44.4% usó un método anticonceptivo en la primera relación sexual. Únicamente 22.6% estaba soltera al momento de su primera gestación, mientras 91.6% ya había abandonado la escuela antes de su primer embarazo. Resalta que 26.5% de estas jóvenes tuvieron más de un embarazo durante su adolescencia y que 20.8% de ellas habían tenido más de un hijo nacido vivo durante esa etapa de la vida.

Cuadro 1. Características sociodemográficas de las jóvenes de 20 a 24 años que tuvieron al menos un embarazo durante su adolescencia

* La variable “estrato sociodemográfico” viene incluida en la base de datos de la Enadid 2018 (ver la referencia 4).
** El tamaño de la localidad se dividió en: urbano (de 2,500 y más habitantes) y rural (hasta 2,499 habitantes).
Fuente: estimaciones propias con base en la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (Enadid) 2018.

Número de embarazos durante la adolescencia y características sociodemográficas. Análisis bi-variado

Al revisar a las embarazadas más de una vez durante su adolescencia (cuadro 2) se observa que el porcentaje de jóvenes alguna vez embarazadas en ese periodo que tuvieron más de una gestación aumenta en contextos sociodemográficos más desfavorables. Mientras que en el estrato bajo 28.6% tuvo más de un embarazo, en el estrato alto el porcentaje fue de 24.8%. Del mismo modo, mientras que 27.6% de las jóvenes que abandonaron la escuela antes de su primer embarazo adolescente concibieron más de una vez, el porcentaje correspondiente de quienes no habían abandonado la escuela fue de 18.9%. Un dato alarmante es que 52.7% de las jóvenes que se iniciaron sexualmente a los 14 años o menos tuvieron más de un embarazo durante su adolescencia. Se observa también un mayor porcentaje de jóvenes que tuvieron más de un embarazo sin haber usado un método anticonceptivo en su primera relación sexual. El mismo cuadro muestra que tanto el tamaño de la localidad como la pertenencia étnica y el estado civil no resultaron ser estadísticamente significativos (quizás por el número limitado de casos).

Cuadro  2. Mujeres de 20 a 24 años que tuvieron un embarazo, o más de uno, durante su adolescencia, y características sociodemográficas seleccionadas (porcentajes)

* La variable “estrato sociodemográfico” viene incluida en la base de datos de la Enadid 2018 (ver la referencia 4).
** El tamaño de la localidad se dividió en: urbano (de 2,500 y más habitantes) y rural (hasta 2,499 habitantes).
Fuente: estimaciones propias con base en la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica, Enadid, 2018.

Factores sociodemográficos relacionados con la experiencia de más de un embarazo durante la adolescencia

Para explorar los factores que se relacionan con el embarazo subsecuente en la adolescencia, estimamos un modelo de regresión logística binario y multivariado, cuya variable dependiente se clasificó en dos categorías: i) tuvo un solo embarazo durante su adolescencia; ii) tuvo más de un embarazo durante su adolescencia. Las variables independientes incluidas fueron las diversas características sociodemográficas.

El modelo (cuadro 3) confirma que las condiciones objetivas de vida menos favorables se relacionan con una mayor posibilidad de que las jóvenes experimenten más de un embarazo durante su adolescencia. Por ejemplo, aumenta en 30% la posibilidad de que las jóvenes que pertenecen al estrato bajo o medio-bajo tengan más de un embarazo si se comparan con el estrato medio-alto o alto. Asimismo, se incrementa en 60% la posibilidad de tener más de una concepción durante la adolescencia entre aquellas mujeres que ya habían abandonado la escuela antes de embarazarse, si se les contrasta con las que se encontraban en la escuela después de su primera gestación. Finalmente, el modelo muestra también que las mujeres que se iniciaron sexualmente a los 14 años o menos incrementan su posibilidad de tener más de un embarazo,[6] lo cual sucede igualmente entre aquéllas que no usaron un método anticonceptivo en su primera relación sexual.[7]

Cuadro 3. Factores asociados a embarazos subsecuentes durante la adolescencia de las mujeres de 20 a 24 años, según características sociodemográficas.* (Regresión logística binaria multivariada)

* En este modelo de regresión logística no se incluyeron las variables que no resultaron ser significativas en el análisis bi-varaido (ver cuadro 2), como son el estado civil, el tamaño de la localidad y la pertenencia étnica.
Fuente: estimaciones propias con base en la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica, Enadid, 2018.

Reflexiones finales

Aunque las políticas de población enfatizan en la prevención del embarazo adolescente y en su repetición, sus estrategias no han sido efectivas del todo para que las adolescentes que desean postergar la maternidad e invertir en un proyecto de vida no enfocado a la maternidad y el matrimonio dispongan de los recursos (cognitivos, materiales y simbólicos) para lograrlo. Este trabajo permite visibilizar la ocurrencia del embarazo adolescente y también su repetición en población particularmente excluida y socialmente vulnerable. Cabe resaltar que la mayoría de los estudios sociodemográficos que estudian el fenómeno no permiten vislumbrar la gravedad de la problemática, pues suelen reportar solamente si ocurrió una concepción durante la adolescencia, o si fueron madres adolescentes, sin dar cuenta de que un porcentaje importante de esas adolescentes tuvieron más de un embarazo en ese periodo, lo que tiene consecuencias en su transición a la vida adulta y en sus oportunidades de desarrollo personal; ello sugiere la existencia de trayectorias reproductivas diferenciadas según la ocurrencia de embarazo en la adolescencia y la existencia de proyectos que giran en torno a la relación conyugal y la maternidad en las mujeres que
lo experimentan.

Así, los resultados señalan que más de una cuarta parte de las jóvenes mexicanas que se embarazaron siendo adolescentes tuvieron más de un embarazo en esa etapa de su vida. El modelo estadístico muestra también que las jóvenes que experimentan más de una gestación durante la adolescencia son quienes se inician sexualmente a edades más tempranas y quienes no se protegieron en su primera relación sexual; pero también señala que existe una estrecha relación entre las jóvenes que tuvieron más de un embarazo durante su adolescencia y las condiciones objetivas de vida más desfavorables. Y aunque el embarazo único en la adolescencia es un indicador de exclusión y desigualdad estructural, generalmente previas a este evento, los resultados sugieren que el embarazo subsecuente en la adolescencia indica el recrudecimiento de la exclusión y de la desigualdad social en los contextos donde tiene lugar.

Notas

[1] Estimaciones propias con base en la Enadid, 2018.

[2] Se considera adolescente a la población de 10 a 19 años de edad, dado que ya es posible identificar embarazos a partir de los 10 años, y porque la Cartilla Nacional de Salud considera como adolescente a la población que se encuentra en ese rango de edad.

[3] La explicación de las variables relacionadas aquí con el embarazo adolescente se encuentra en el Anexo, al igual que el modo de construcción de varias de esas variables, que requirieron de una elaboración compleja a partir de la in-formación que proporciona la Enadid 2018.

[4] Se tomó directamente la variable “Estrato sociodemográfico” que el Inegi construyó y que se encuentra en la base de datos de la Enadid, 2018.

[5]  El tamaño de localidad se dividió en: urbano (de 2,500 y más habitantes) y rural (hasta 2,499 habitantes).

[6] Si bien la razón de momios es muy elevada (22.8), el resultado no es inesperado, pues la exposición al riesgo de experimentar más de un embarazo aun siendo adolescentes disminuye de manera considerable en la medida que aumenta la edad de inicio sexual.

[7] Según el test sobre Hosmer y Lemeshow, el p-valor es de .749, lo que implica que lo observado se ajusta suficientemente a lo esperado bajo el modelo propuesto.

Referencias

Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) (2020), Tabulados del Censo de Población y Vivienda 2020. Disponible en: https://www.inegi.org.mx/programas/ccpv/2020/default.html#Tabulados.

Gonzalo L., R. Aparicio y P. Villagómez (2019), “Pobreza infantil-adolescente y derechos sociales en México: Una aproximación desde la medición multidimensional de la pobreza”, Red de Pobreza Multidimensional, Núm. 7, pp. 12-18.

Consejo Nacional de Población (Conapo) (2018), Principales resultados de la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (Enadid) 2018. Disponible en: https://www.inegi.org.mx/programas/enadid/2018/.

Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) (2018), Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica 2018, México, Inegi.

Menkes, C., I. Sosa-Sánchez (2016), Características del embarazo y de la fecundidad de las adolescentes en México, en Ávila, J., H. Bringas y M. López (Coords.). Retos del cambio demográfico de México, Colección Población, Salud y Sociedad, capítulo 6, pp. 179-209, México, unam.

Lewis, C., M. Faulkner, M. Scarborough, B. Berkeley (2012), “Preventing Subsequent Births for Low-Income Adolescent Mothers: An Exploratory Investigation of Mediating Factors in Intensive Case Management”, American Journal of Public Health, Vol. 102, Núm. 10, pp. 1862–1865.

Hubert, C., F. Estrada, A. Villalobos, A. Sánchez, F. De Castro, T. Barrientos (2018), Trazando la ruta: embarazos subsecuentes en adolescentes, Informe final, México, Inmujeres.

Polit, D., J. Kahn. (1986), “Early subsequent pregnancy among economically disadvantaged teenage mothers”, American Journal of Public Health, Vol. 76, Núm. 2, pp. 167-171.

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* Catherine Menkes Bancet / ** Itzel A. Sosa-Sánchez

* Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias, UNAM | shajor57@gmail.com
** Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias, UNAM | itzela@crim.unam.mx