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Isabel Traductora
 
Jack el Destripador
 
Jack el Destripador -
MATEMÁTICO URUGUAYO IDENTIFICA ASESINO SERIAL DE 1888

UN EJERCICIO DE CONCATENACIONES CIENTÍFICAS

Siguiendo la noción de impartida por la Real Academia Española,  el misterio consiste en una “cosa arcana o muy recóndita, que no se puede comprender o explicar”.
Baste este enunciado, prescindiendo de los que se configuran por creencias religiosas, para entrar en la materia por la que discurriremos -despaciosamente-, en más de una nota.
El lector comprobará que un viejo misterio se hará trizas, hasta casi esfumarse, ante la conexión virtuosa de la ciencia criminológica y el estudio sistemático de un especialista uruguayo en matemáticas, quien acaba de identificar a un asesino serial inglés de … ¡1888!
Examinaremos, en líneas generales, a modo de presentación, la impresionante historia del sujeto apodado Jack the Ripper o sea, Jack el Destripador, traducido del inglés.
En una labor que superó los dos años, el académico Eduardo Cuitiño, profesor en matemática y disciplinas afines, graduado en UDELAR y docente en la Universidad ORT de Uruguay, aportó a la investigación criminológica la modernísima perspectiva que brinda la estadística y la teoría de la probabilidad. Por estos caminos, con una óptica innovadora, llegó a una individualización -de altísima probabilidad- del asesino serial que estremeciera a Londres y al mundo, en el declive del tiempo victoriano, cuando se cursaban los últimos años del siglo XIX.
No se trata de un caso de museo, que si lo fuera, igual resultaría interesantísimo.
El investigador postula que no hay enigmas irresistibles ante el ejercicio del pensamiento elaborado.

La relevancia de la conclusión del analista compatriota derriba numerosas tesis, en particular inglesas, con un ingrediente excepcional: utiliza las informaciones que en la época de la protociencia penal, acumularon los servicios de Scotland Yard, ahora apelando a los suministros de Google, a variados antecedentes y sapientes cálculos.
Pero, sumerjámonos en el túnel del tiempo, para tomar noticia de los crímenes impunes en las calles de Whitechapel (Capilla Blanca), en el Londres central, (con prevención del redactor W.E.C. de evitar la lectura infantil de lo que sigue).

HORROR EN CAPILLA BLANCA

Las cinco víctimas -también denominadas canónicas, por la ritualidad del psicópata- fueron  Mary Ann Nichols, Annie Chapman, Elizabeth Stride, Catherine Eddowes y Mary Jane Kelly. Pudieron ser más.
El cuerpo de la primera fue descubierto alrededor de las 3:40 a.m. del día viernes 31 de agosto de 1888, en Buck's Row (calle Durward 2010). Su garganta había sido seccionada por dos cortes, presentando la parte inferior del abdomen parcialmente desgarrada por una herida profunda e irregular.
Champman, la segunda víctima, se localizó  a las 6 a.m. del sábado 8 de septiembre del mismo año, cerca de una puerta en el patio trasero de la calle Hanbury 29, en Spitalfieds. Al igual que en el caso de Nichols, la garganta tenía dos cortes,  mientras que la región abdominal había quedado abierta. El útero fue extraído del cuerpo. En el proceso de investigación  un testigo sostuvo haber visto a Chapman, alrededor de las 5:30 a.m., con un hombre de cabello oscuro, de aspecto distinguido aunque algo desarrapado.
Tras el asesinato de Champman, el New York Times” publicó: “El desalmado de Whitechapel ha asesinado esta mañana a su segunda víctima y sigue sin ser detectado, visto o conocido. Hay pánico en Whitechapel. El cuerpo de detectives de la policía londinense es, probablemente, el más estúpido del mundo.”

Stride y Eddowes fueron asesinadas en la madrugada del domingo 30 de septiembre; el cuerpo de la primera se encontró a la 1 a.m. en Dutfield's Yard, cerca de la calle Berner (actual Av. Henriques). Su deceso lo produjo  una precisa incisión que cortó la arteria principal del cuello, en el lado izquierdo. Hubo dudas en  atribuir el asesinato de Stride al feroz verdugo, aunque es dable admitir que pudo haber sido interrumpido durante el ataque. Quienes testificaron ofrecieron versiones no coincidentes en la descripción de un sujeto y su indumentaria. En tanto, los restos de Eddowes fueron localizados en Mitre Square, en la Square Mile, unos 45 minutos después de haberse encontrado el cadáver de Stride. Mostraba la garganta seccionada y el abdomen expuesto por una larga, honda y sinuosa herida. Asimismo, se le había quitado el riñón izquierdo y parte importante del útero. Joseph Lawende, vecino que había pasado con dos amigos antes del crimen, señaló que había visto un hombre raído, rubio, junto a una mujer que podría haber sido la Eddowes. Un elemento del vestuario de la víctima, ensangrentado, se encontró a la entrada de una vivienda de la calle Goulston.
Puede agregarse que en el lugar apareció, simultáneamente, un grafiti de pared, como  implicando a uno o varios judíos. El mismo fue suprimido de inmediato por la policía, ya que podía motivar reacciones antisemitas.

El cuerpo de Kelly fue muy mutilado. Yacía en su habitación,  en el número 13 de Miller's Court, cerca de la calle Dorset de Spitalfields, el viernes 9 de noviembre del mismo año, a las 10:45 a.m. Mostraba un corte que iba desde la garganta a la columna vertebral y abdomen. Se le habían quitado completamente los órganos. No se localizó el corazón de la víctima.
La serie se perpetró en un abanico, desde la noche de un fin de semana y hacia el final de un mes o la primera semana del siguiente, cada vez con mutilaciones más severas.
Lo precedente no es una crónica policial. Es una porción de la materia viva sobre la que el Lic. Eduardo Cuitiño urde su tesis científica. Acompañaremos sus pasos para llegar al asesino.
¿Uno, dos o más?

Víctimas de Jack el Destripador
Walter Ernesto Celina - 2014

walter.celina@outlook.com  -  walter.celina@adinet.com.uy