¿Reciclar o demoler el edificio Diego Portales?

d-portales2.jpgInteresante polémica actual con el destino de este edificio tan vilipendiado. Y con razón, a mi entender. Es un verdadero adefesio. Construido para salir del paso frente a una responsabilidad adquirida para realizar la UNCTAD III (la Tercera Conferencia Mundial de Comercio y Desarrollo) en el estilo monumental de esos edificios observados detrás de la cortina de hierro, pero propios de un país pobre, con mucho fierro y una falsa grandilocuencia.

Recuerdo perfectamente cuando se construía. Estaba ejerciendo en el viejo y querido Hospital San Francisco de Borja , durante mi beca de formación de especialista, y hacíamos apuestas para adivinar qué se haría en ese tremendo agujero que excavaron antes de elevar la estructura. Luego empezaron a asomar los pilares, poco a poco, como dientes de una peineta gigantesca, como replicando una colosal recreación de ruina egipcia. No se parecía a nada de lo antes visto en esos años. Atraía la curiosidad de todos, fuera del caos que convirtió a la Alameda durante el año que demoró la construcción. Enormes grúas fueron instalando la techumbre con esas vigas gigantescas que se equilibraban casi precariamente en los fuertes pilares. Sin lugar a dudas un portento arquitectónico y tecnológico admirable. Pero estéticamente desastroso. Sin conexión con el lugar, rompiendo el paisaje algo señorial de la plaza Baquedano en un enclave tradicional, estratégico y significativo para la ciudad.

Estoy en pleno acuerdo con las opiniones vertidas en El Mercurio de ayer domingo 12 de agosto por Mathías Klotz, Martín Hurtado y Christian De Groote, quienes determinan que el mejor futuro de la estructura es echarla abajo y construir una plaza abierta que despeje el cerro Santa Lucía y conecte el barrio con el Parque Forestal. Un centro cultural parece inapropiado en un espacio tan pequeño, ahogado por el entorno, sin estacionamientos. Incómodo.

No hay que temer en repensar la ciudad con cierta grandeza. Demoler un edificio feo y desubicado para dar vida y aire al sector, aunque haya formado parte de nuestra historia, pero también en controversia con la historia, pues fue ocupado sucesivamente por las dos corrientes en disputa, no debiera ser impedimento para las reformas. Y contribuiría, además, a olvidar muchas cosas negativas del pasado relacionadas con ese edificio.

No reciclemos más un pasado que a todos ya nos molesta. El Chile del mañana hay que empezar a construirlo hoy.

2 Respuestas a “¿Reciclar o demoler el edificio Diego Portales?

  1. Recién regreso desde Santiago y pasé frente al Diego Portales, que ahora se llamará Centro Cultural Gabriela Mistral. Por lo visto, se recicla. Una obra Bicentenario. Esperemos ver los resultados para emitir otros juicios.

  2. Los resultados están a la vista y podremos gozar de sus beneficios.
    Notable.

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