Daños irreparables que provoca el alcohol al cerebro

El alcohol, específicamente el etanol, es una potente droga psicoactiva con un número elevado de efectos secundarios que puede afectar de manera grave a nuestro organismo

El consumo de bebidas alcohólicas hace tiempo que dejó de ser patrimonio exclusivo de los adultos, los jóvenes actualmente son los principales consumidores de esta sustancia, y aunque los datos estadísticos no se refieren a las edades, se sabe que mientras en 1966 se consumían 9.5 litros de cerveza por habitante al año, en 2010 esa cifra ascendió a 36 litros.

El consumo excesivo de alcohol durante la adolescencia causa daños irreparables en el cerebro, éstos se traducen en fallas en la memoria, déficit de atención y dificultad en la toma de decisiones. También es muy frecuente encontrarnos con la disminución o desaparición del control inhibitorio, explica el Dr. Ricardo Allegri, médico neurólogo, jefe de Neurología Cognitiva, Neuropsicología y Neuropsiquiatría de la Fundación FLENI de Argentina.

La «previa» es el término con el que se conoce a las reuniones de jóvenes que se realizan en la casa de alguno antes de ir a un «antro» o a una fiesta. Durante estos encuentros, que por lo general se llevan a cabo el fin de semana, los adolescentes muchas veces no toman por gusto sino porque consideran que el alcohol es una herramienta modificadora de la conducta y del humor.

Aunque se tome alcohol sólo durante los fines de semana, la posibilidad de que se desarrollen daños irreversibles está presente, debido a que como ocurre con todas las otras partes del organismo, durante la adolescencia el cerebro se encuentra en etapa de maduración y no cuenta con las herramientas necesarias para defenderse de las agresiones que sufre como consecuencia de los hábitos.

¿Cuáles son los cambios concretos que se producen a nivel cerebral? Menor tamaño del hipocampo, disminución de la corteza prefrontal y peor calidad de materia blanca.

Estos cambios se manifiestan clínicamente en fallas de la memoria (10% menos de capacidad para recuperar la información), desatención, disminución del compromiso en la toma de decisiones y dificultades en el control inhibitorio y de impulsos.

Más allá de los cambios que se advierten fácilmente, y sin olvidar que el alcohol en la adolescencia es un factor de riesgo de accidentes, hay que remarcar que no sólo se producen cambios inmediatos sino también complicaciones y secuelas cognitivas a largo plazo.

Por eso es importante que tanto los jóvenes como los padres tomen conciencia del importante daño que produce el consumo excesivo de alcohol dado que éstos no se podrán reparar.»

El cerebro de las adolescentes mujeres está más expuesto a sufrir daños y complicaciones que el de los hombres, debido a que ellos tienen más resistencia.

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