Este movimiento de acción mundial manifiesta su rechazo hacia el cultivo y producción de alimentos modificados genéticamente, que afectan la agricultura y la alimentación tradicionales.
En este día se pretende poner en evidencia la imposición y la desinformación acerca de los riesgos y desventajas de los transgénicos en la dieta alimenticia, incentivando el cultivo sostenible y la producción de alimentos para el consumo humano libres de transgénicos.
Los alimentos genéticamente modificados o transgénicos son aquellos producidos a partir de un organismo modificado, gracias a la ingeniería genética y la biotecnología vegetal. Estos alimentos poseen un ADN modificado, producto del uso de genes de otras plantas o animales.
Entre los cultivos de Organismos Genéticamente Modificados se destacan: la soya, el maíz, la canola, la papa, el tomate, el arroz, y el algodón.
En lo que se refiere a otro tipo de alimentos modificados están: las carnes, el aspartame y la leche.
La empresa multinacional Monsanto fue la primera que creó una planta genéticamente modificada en el año 1986. En 1994 Calgene una empresa biotecnóloga produjo el primer alimento modificado genéticamente: un tomate. Ya en el 2014 el cultivo de alimentos transgénicos se extendió en 28 países, estimado en un total de 181,5 millones de hectáreas.
Beneficios de consumir alimentos transgénicos:
Mayores propiedades nutricionales.
Resistentes a condiciones climáticas adversas y a las plagas de insectos.
Mayor crecimiento de las plantas.
Requieren menos uso de pesticidas.
Algunos alimentos medicinales pueden ser utilizados como vacunas y otros medicamentos.
Los principales riesgos son:
Uso continuo de los suelos sin rotación, generando degradación y compactación de estos.
Aplicación de fertilizantes químicos, agrotóxicos y herbicidas altamente contaminantes.
Desplazamiento de cultivos tradicionales, tales como sorgo, trigo y cebada.
Reacciones alérgicas y tóxicas por el consumo de estos alimentos.
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