¿Conoces sobre los alimentos transgénicos?
Por Sofia Massari.
¿A cuántos de nosotros nos ha pasado que vamos hacia la sección de frutas y verduras del supermercado y nos dejamos impresionar por tomates enormes más rojos de lo normal, o encontrarnos con verduras que supuestamente están fuera de temporada pero figuran en la primera fila, o frutas que antes comprabas con semilla y ahora tienes para elegir comprarlas sin ellas?
Estos y muchos otros casos nos hacen reaccionar ante los cambios que estamos observando en la evolución de los alimentos. Haciéndonos preguntar qué clase de producto nos está vendiendo alguna empresa en particular o si es parte de otra campaña publicitaria, pero lo que no sabemos es que estamos en presencia de alimentos transgénicos, una gran apuesta dentro de las empresas alimenticias.
Mediante técnicas de biotecnología se pueden obtener alimentos transgénicos, utilizando genes extraídos de seres vivos, modificados en laboratorios y reintroducidos en el mismo u otro organismo. Técnicamente se conocen como Organismos Modificados Genéticamente (OMG) y dan como resultado alimentos de propiedades especiales, enriqueciendo el producto final. De este modo, pueden sobrevivir a plagas, aguantar mejor las sequías, o resistir el efecto de algunos herbicidas.
Pese al grado de interés que muestra esta innovación en la industria alimenticia, ha dado mucho de que hablar en los últimos años en relación con los riesgos y beneficios en la salud humana por efectos del consumo de los alimentos modificados genéticamente (AMG), llegando a desarrollar esferas socioeconómicas y legales.
Entre sus beneficios se destacan: alimentos más nutritivos y apetitosos, mayor ciclo de vida, mejora de sus propiedades organolépticas, protecciones frente herbicidas, capacidad de crecer en zonas estériles, adicción de componentes activos y aumento en el suministro de alimentos a un costo reducido. Un gran seguidor de esta práctica es el catedrático de Bioquímica y Biología Molecular Francisco García Olmedo.
Por otro lado, se manifiestan posibles riesgos en los cuales se apoyan ciertas organizaciones ecológicas rechazando esta tecnología. Entre ellas podemos mencionar alergias, perdida del valor nutricional de alimentos, resistencia de antibióticos y aparición de compuestos tóxicos. Se habla también sobre la destrucción de los suelos, contaminando las fuentes de agua, y acabando con la naturaleza. Sin embargo, se limitan a conocer los efectos que puedan aparecer en los humanos luego de años de consumo.
No obstante, a falta de fundamentos para reconocer estos riesgos, ciertos países y sus organismos controlan el uso de esta tecnología, como La Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) evaluando cada alimentos modificado antes de que salgan al mercado. Adicionalmente, la Agencia Estadounidense de Protección Ambiental (EPA) y el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) regulan las plantas y animales producto de la bioingeniería.
A esta debate de que si son beneficiosos o perjudiciales, se le agrega el hecho de que las empresas que modifican genéticamente sus productos no están en obligación por ninguna ley de indicar que estos han sido modificados, aunque si es perceptivo señalarlo si cuenta con al menos un 0.9 % de algún transgénico.
Y tú, ¿Te abrirías a estas nuevas opciones en biotecnología alimentaria y te unirías al consumo de los organismos modificados genéticamente?
Sobre mi:
Mi nombre es Sofia Massari, soy Ingeniera Química con Diplomatura en Gerencia de Operaciones y producción. Apasionada por la innovación de tecnología de los alimentos. En la actualidad soy residente en MediaLab en la Universidad de Oviedo en España.
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