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Jueves, 2 de Mayo de 2024
Megasequía

Mientras tanto: Cerro San Cristóbal se está secando en medio de crisis hídrica

Florencia Léniz (*)

La escasez de agua no solo afecta la producción agrícola. Con 773 hectáreas, el Parque Metropolitano de Santiago es el espacio verde urbano más grande de Latinoamérica, el que pronto se podría convertir en un desierto.

Admision UDEC

El Parque Metropolitano -el punto verde de esparcimiento más popular de la capital- sufre estrés hídrico. Esto es un mal que se produce cuando la demanda de agua de la flora de un lugar es mayor que el recurso disponible. Esto no es nuevo, pasa desde hace diez años, pero se está en el punto en que -dadas las características de la megasequía- es necesario asumir que el cerro San Cristóbal y los cerros aledaños, probablemente cambiarán hacia un paisaje con una flora propia del carácter árido y seco del clima en que viven realmente los santiaguinos. 

El Parque Metropolitano fue creado en 1917, cuando bajo la autorización del presidente Juan Luis Sanfuentes, se expropió el entonces árido y erosionado cerro San Cristóbal de manos de privados. Las primeras etapas de forestación empezaron cuatro años más tarde con ejemplares en su mayoría exógenos, como eucaliptos. En la actualidad el Parque está formado por los cerros San Cristóbal, Chacarillas y Los Gemelos, y se extiende por cuatro comunas de la ciudad: Huechuraba, Providencia, Recoleta y Vitacura, y está poblado principalmente por flora exógena e intensiva en agua.

Santiago vivió este 2019 el invierno más seco en 21 años, con precipitaciones 70% menores que en años anteriores, según datos de la Dirección Meteorológica de Chile (DMC). El Gobierno decretó zona de emergencia agrícola en 18 comunas de la Región Metropolitana desde el pasado mes de junio.

Eso evidentemente afecta el riego del Parque Metropolitano. Esta labor corresponde a la División de Parques y Jardines del Ministerio de Vivienda y Urbanismo, de la cual depende. La sección de Recursos Hídricos del Parque Metropolitano es la encargada de supervisar el sistema de riego y funcionarios al interior dicen estar en jaque. Pablo Lacalle, encargado de esta sección, advierte: “la sequía la traemos hace una década, pero es cierto que hoy día el problema se agudizó”. Por su parte Fabián Gutiérrez, quien trabaja día a día en la distribución del agua desde hace 14 años en el Parque Metropolitano afirma que "es primera vez que pasa esto, que la sequía hace que el embalse que alimenta el parque esté tan bajo. Este año fue pésimo, se nota al tiro el cambio”.

El sistema circulatorio del Parque Metropolitano

Desde la década de los 90, alrededor de 500 hectáreas están bajo un sistema de riego por goteo, tensión o aspersión, el cual permite un uso más eficiente del recurso, las otras 273 hectáreas restantes son en su mayoría caminos o espacios construidos. El embalse que cuida Gutiérrez es considerado el corazón hídrico del parque con su capacidad de 15 mil metros cúbicos. Sus principales fuentes de agua son el río Maipo y el río Mapocho. El aporte del río Maipo -que es clave- es através del canal San Carlos, cuyas aguas, que llegan al Río Mapocho, desemboca finalmente en el canal El Carmen, desde donde se bombea para subir agua al embalse del Parque.

Lo habitual es que al canal San Carlos le correspondan alrededor de mil litros cúbicos por segundo de agua del caudal total del Río Maipo, de los cuales el canal El Carmen tiene derechos de aprovechamiento de 400 litros por segundo. Pero, el caudal disminuyó de forma drástica. Según los resultados del estudio Balance Hídrico Nacional de enero de 2019, el Maipo retrocedió a casi un cuarto del nivel promedio de hace dos décadas atrás. Es decir, ya no son mil los litros que entran al canal San Carlos, por lo que tampoco son 400 los que debería recibir El Carmen.

 

Como resultado, la sección de Recursos Hídricos del Parque tiene hoy una captación estimada de sólo 50 litros por segundo.

Esta quita del recurso hídrico, lleva a que la vegetación del Parque viva con estrés hídrico. “En buen chileno, estamos estirando el chicle”, explica Lacalle cuando se refiere a la situación. “Antes le dabamos comida al arbolito antes de que tuviera hambre, ahora -como hay menos agua- tenemos que darle antes de que se muera de hambre”.

En qué está el Parque

Desde el año 2012 el Parque Metropolitano se encuentra en un proceso de expansión de su extensión y reforestación. El año pasado, el presidente Sebastián Piñera anunció la creación de un Ecoparque de 9,5 hectáreas en su interior, que aumentará la superficie del Zoológico Metropolitano, además de la propagación de más de 242 especies nativas. Hasta la fecha, se plantaron más de 120 mil árboles nativos, como peumos, quillayes, taras y pimientos. Lo que tienen en común estos árboles es que son propios de climas secos o mediterráneos y consumen un 10% o 15% de lo que necesitan los árboles foráneos, lo que hace el riego más eficiente, además de ayudar a limpiar el aire gracias a que sus hojas no se caen.

La idea es racional, pero implica cambiar la cara del Parque Metropolitano, de una verde a una de paisaje de secano. “La idea es que la gente se empiece a acostumbrar a un paisaje más desértico del cerro, más de especies que son nativas -o no nativas- pero que son más tirados a los cactus, menos pasto”, comenta Lacalle.

De todos modos la reforestación no será fácil a ojos de los expertos. El meteorólogo Gianfranco Marcone explica que debido a las características térmicas del concreto que compone Santiago y que rodea al Parque, las precipitaciones son inciertas. “Como el cemento se calienta mucho y se enfría muy rápido, genera diferencias de temperatura marcadas, lo que provoca una variación que conlleva una baja de las precipitaciones. Eso dificulta cualquier proceso de reforestación”, señala, incluso cambiando la flora por una más autóctona y menos intensiva en el uso de agua. 

Además la tecnificación del riego se dificulta por la continua destrucción de los sistemas, ya sea por ciclistas descuidados, personas que lo destruyen a propósito o incluso personas que roban válvulas o tuberías, lo que implica un gasto constante en reposición. En consecuencia, en los cerros las áreas verdes se suelen regar por sección por un tiempo prolongado, pero esto hace que se pierda eficiencia, ya que el agua baja muy profundo, de forma que es inalcanzable para algunos árboles y arbustos. 

El futuro es poco alentador. Según la DMC, en un periodo de 30 años más, se esperan un déficit hídrico de 66% para 2050 en la zona. Frente a esto, Sonia Reyes, directora del Laboratorio de Ecosistemas Urbanos, piensa que para que se pueda mantener la cobertura vegetal es clave seleccionar especies adecuadas a las condiciones climáticas futuras, optimizar las técnicas de riego, hacer una medición permanente de la humedad del suelo -que es tal vez la variable más relevante para la vegetación- y hacer tratamientos al suelo del Parque, como se hace en la agricultura. 

(*) Este artículo fue escrito por Florencia Léniz y contó con una primera edición de Fernanda Valiente y Cristóbal Fuentes, en los cursos de Taller de Prensa y Taller de Edición en Prensa de la Facultad de Comunicaciones UC.

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Comentarios

Comentarios

en verdad el cerro san cristobal y todo el cordon de cerros que lo siguen se ven de colo amarillo se nota que se esta secando el parque metropolitano , yo creo que se devieran hacer obras para tratar de mantener el pulmon verde de la capital

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