LA CUESTION SOCIAL Y LOS DERECHOS SOCIALES EN TORNO A LA RECUPERACION DE LA POLITICA Gomez y ramirez

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XXVII Congreso Nacional de Trabajo Social. 11, 12 y 13 de septiembre de 2014

EJE: Enfoque de derechos y políticas públicas en la contemporaneidad” LA CUESTION SOCIAL Y LOS DERECHOS SOCIALES EN TORNO A LA RECUPERACION DE LA POLITICA PÚBLICA Silvana A. Gómez 1 Silvia E. Ramírez.

La política como sistema explicativo de la sociedad, sea como instrumento o desde el plano operativo, es creemos la única posibilidad para lograr la transformación social que la sociedad requiere, es a través de ella, que se puede acceder a la recuperación de la idea del bien común, a la construcción del derecho ciudadano en tanto colectivo sustituyendo la idea del bien individual, basado en la concepción de derechos individuales, planteadas desde el modelo neoliberal, hasta hoy vigente en nuestra sociedad. Hablar de recuperación de la política, es plantear la idea de ubicar al Estado, como mediador en las relaciones sociales entre sectores sociales con perspectivas, intereses

y

posicionamientos contrapuestos, de modo tal que necesitan de un Estado que los armonice, tal cuestión refiere a la compatibilización a partir de sus diferencias, por ello se hace necesario un cambio cultural, otro paradigma que visibilice dicha transformación desde cualquier pràctica social, orientadas a la participaciòn del colectivo social, como agentes de cambio de un Estado desde sus formas màs genuinas y Democráticas. Por ello, se hace necesario repensar y más aún, resignificar en términos de intervención, cómo inciden estas prácticas en lo societal y replantear el análisis del diseño de una política pública, en términos de su focalización o universalización, asì como de la existencia de un dispositivo de evaluación y/ o monitoreo puesto al servicio de procesos de cuantificación y cualificación de resultados de dichas políticas estatales, teniendo en cuenta necesidades sociales y construcción de una ciudadanía plena en el marco de los Derechos sociales. Todo ello requiere de una mirada crìtica sobre la cultura política que nos atraviesa y desde la intervención del Trabajo social, planteamos el siguiente interrogante: Qué interpretación le otorgamos al sujeto de nuestras prácticas, en el marco de sus Derechos?, desde dicho enfoque

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Lic. en Trabajo Social Silvana Andrea Gòmez Lic. en Trabajo Social Silvia Ramìrez. silvanaglic@hotmail.com-Tel.0221-15523-6605 ramsilvia@hotmail.com –Tel.011-5643-8273.

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como se dà el proceso de construcción ciudadana como forma genuina de ejercer sus derechos sociales. (Arias, A comp. 2012- Polìticas Publicas y Trabajo social, Bs As, Edit. Espacio). A partir de lo planteado en términos de política pública y la posibilidad de construcción ciudadana, creemos necesario recurrir conceptualmente a la “Cuestión social”, ninguna sociedad posee la capacidad ni los recursos para atender omnímodamente a la lista de necesidades y demandas de sus integrantes, sólo algunas son “problematizadas”, en el sentido que

clases,

fracciones

de

clase,

organizaciones,

grupos

o

individuos

situados

estratégicamente, creen que puede o deben hacer “algo” a su respecto y están en condiciones de promover su incorporación a la agenda de problemas socialmente vigentes, esto es “Cuestión social; necesidades y demandas socialmente problematizadas. Las formas de posicionamiento del Estado respecto de la cuestión social se hace visible en doble vìa de expectación, por acción ù omisión, èstas manifiestan una determinada modalidad de intervención Estatal en relación a la cuestión que concita la atención, interés y movilización de otros actores de la sociedad civil, esto se dà e el marco de un proceso social, que posee “nudos” en una secuencia de interacciones, el surgimiento de “ unidades” y procesos burocráticos internos al Estado, los cuales son cruciales para la determinación real del contenido de la posición del Estado frente a la Cuestión. (Oszlak y O’ Donell, 2005-Estado y Políticas estatales en América Latina). La conceptualización de una política social, responde a la cuestión social, como un conjunto de decisiones que crea derechos y obligaciones en el seno de la sociedad involucrada y en el propio sector social dominante, ésta, aparece como una variada gama de políticas particulares, salud, vivienda, seguridad social, etc, las cuales forman parte de “lo estatal”, en tanto su naturaleza y operacionalidad. El acceso a tales se vincula con la construcción de ciudadanía, la igualdad y cohesión social, una ecuación pendiente en el marco de accesibilidad a los derechos, para la vigencia de éstos, se requieren políticas de reconocimiento y apoyo y formas de reparto social que respondan a distintos aspectos de la “igualdad compleja”, para promover ciudadanía en sentido más republicano, los Estados y sistemas políticos deben ser capaces de absorber y reflejar las nuevas prácticas de los grupos sociales y combinar las políticas públicas con el capital social que la sociedad, a través de sus organizaciones, va forjando. (CEPAL “Equidad, desarrollo y ciudadanía”-2000, Alfaomega-Mèxico). Si el desafío del presente, se relaciona con la recuperación de la política pública, la propuesta de nuestra ponencia es plantear, analizar y fundamentar “la recuperación” en términos de profundizar la realidad social, a pesar de sus crisis como sistema de gobierno, de

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representatividad, de modelos de gestión y evaluación inherentes a las necesidades de los actores sociales como sujetos de derechos y ante el pleno ejercicio de su ciudadanía.

“La Cuestiòn”: Ninguna sociedad posee la capacidad ni los recursos para atender omnímodamente a la lista de necesidades y demandas de sus integrantes, sòlo algunas son “problematizadas”, en tanto clases, grupos o individuos estratégicamente situados, creen que puede y debe hacerse “algo” a su respecto y están en condiciones de promover su incorporación a la agenda de problemas socialmente vigentes; esto es Cuestiòn social, èsta, atraviesa un ciclo vital, la cual se extiende desde su problematización hasta su resolución, a lo largo de este proceso, diferentes actores afectados positiva o negativamente por el surgimiento y desarrollo de la misma, toman posición frente a la misma. Los comportamientos (acciones u omisiones) que se involucran en estas tomas de posición, tienden a modificar el mapa de relaciones sociales y el universo de problemas que son objeto de consideración de la arena política en un momento determinado; La resolución de ciertas “cuestiones”, queda librada a la sociedad civil, en términos en que ni el Estado ni los actores afectados, estiman necesaria u oportuna la intervención estatal.

Surgimiento histórico de una Cuestiòn: Negar la problematicidad de un asunto o afirmar que nada puede hacerse ò reprimir a quienes intentan plantearlo son, formas de ejercicio de poder en la dirección de impedir su problematizaciòn social o su surgimiento como cuestión. Una consciente política de bloqueo, por parte de sectores dominantes y del Estado, se expresa por lo general, en alguna de estas formas, para fundamentar esto nos preguntamos: ¿Quièn y còmo problematiza un asunto? ¿Quièn, còmo y cuàndo logra convertirlo en Cuestiòn? Base de recursos y alianzas y posicionamientos ¿Cuàl es la definición inicial de la cuestión? Estas preguntas se vinculan con dimensiones y a su vez èstas se relacionan con el análisis del lapso previo al surgimiento de la misma y al proceso a través del cual se convierte en tal, de modo tal que nos aproximamos a la interpretación de eventos posteriores y como medio para iluminar algunos de los problemas màs generales sobre las características del Estado y las nuevas modalidades que asumen sus patrones de interacción con la sociedad civil.

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Aproximarnos al marco de la Cuestiòn, nos enfoca hacia la consideraciòn de las Polìticas estatales, porque a partir de ello, es que èstas adquieren sentido y pueden ser explicadas, esa historia, debería ser entendida dentro de un proceso social, el cual involucra diferentes políticas, la de actores privados y los nudos implicados por las acciones u omisiones del Estado y los procesos burocráticos para la determinación real del contenido de la posición de èste ante la Cuestiòn. La idea es empezar a pensar o resignificar, un nuevo paradigma para analizar, profundizar y proponer un modelo de evaluación, en el estudio de la políticas estatales (Oszlak y O`Donnell, Estado y Polìticas Estatales en Amèrica Latina, Hacia una estrategia de investigación). Cuestiòn social contemporànea: Cuestiòn social y sus manifestaciones, tales como la vulnerabilidad, el empobrecimiento, la fragmentación, la marginalización, la desocupación y la precarización del trabajo, forman parte de la estructura social Argentina, en tanto constituyen un cùmulo de desventajas que afectan a grandes segmentos de la sociedad y alteran significativamente sus condiciones de vida, en este contexto, el actual escenario està cruzado por las trayectorias que conducen a los sujetos a la pobreza, a la vulnerabilidad y a los procesos de desafiliación que impactan en la frustración, la desesperanza y la desintegración social. Estas últimas dimensiones deberían ser incorporadas por los trabajadores sociales, orientadas hacia la construcción del campo problemàtico hoy. El actual escenario social ha modificado sustancialmente las relaciones sociales, la aprehensión de èste, permite caracterizar el campo problemàtico y a su vez el conjunto de tensiones sociales a nivel de la sociedad y sobre la particularidad que ella adquiere en la trama microsocial; para ello ampliamos el concepto de campo problemàtico en tanto que el mismo revela la textura de la conflictividad que adquiere la cuestión social cuando se encarna en la vida cotidiana de los sujetos, èl es el lugar donde se explicitan las trayectorias que llevan a la pobreza, a la desocupación, a la marginalización y a la exclusión y que se manifiestan como demandas individuales y autónomas de sus relaciones mutuas. Tales trayectorias, posibilitan enfocar sobre la perspectiva histórica y a la experiencia social de los sujetos y a su vez el reconocimiento de daños y marcas de una fractura social con características irreversibles, la visibilidad de dichas marcas, se van acrecentando por la magnitud y la cantidad de las contradicciones cada vez màs agudas de una sociedad que està organizada en base a la desigualdad social. Asì, la actual cuestión social, recorre el camino inverso a su reconocimiento anterior en tanto “problemas sociales”. Por lo tanto, decimos que

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las condiciones de la cuestión social contemporànea, encarnada en la vida de los sujetos que marcan las coordenadas del campo problemàtico en Trabajo social. Consideramos pertinente, replicar algunos comentarios respecto de la nueva cuestión social desde Rosanvallon, en tanto que èste plantea que hacia fines del SXIX, la misma respondìa a las disfunciones de la sociedad industrial naciente y se vinculaba a las transformaciones del proletariado, asì como a los sistemas de protección contra riesgos a los que estaban sometidos, producto de la organización capitalista de la sociedad; “… desde principios de los años ochenta, el crecimiento de la desocupación y la aparición de nuevas formas de pobreza parecieron, al contrario llevarnos a largo tiempo atrás. Pero a la vez se ve con claridad que no se trata de un simple retorno a los problemas del pasado. Los fenómenos actuales de exclusión no remiten a las categorías antiguas de explotación. Asì ha hecho su aparición una nueva cuestión social” (Rosanvallon; 1995:7). Para dicho autor, los problemas actuales de la “nueva cuestión social”, no están referidos a la relación capital – trabajo, las contradicciones mas globales, se centran en dos problemas: uno refiere a la desestabilización general de la condición salarial y la fragilizaciòn multiforme del trabajo asalariado (precariedad, flexibilidad); el otro es lo que llama “la cuestión de las clases medias”, la cual resulta del corte creciente que hay entre la lógica de las políticas sociales, que consiste en concentrarse cada vez màs en el mundo de los excluìdos y la lógica política y fiscal que hace de las clases medias el pivote del funcionamiento social”(Rosanvallon; 1995:86). Tal situación se complejiza aùn màs,

porque la posibilidad de sostener el paradigma

asegurador basado en la redistribución està en crisis; “ por lo tanto, la redistribución que se lleva adelante es puramente compensatoria: apunta a anular los daños de manera horizontal y por otro lado a compensar de manera selectiva a los marginados; este esquema debería reemplazarse por otro de solidaridad global, cuya distribución se realice de manera vertical entre clases de ingreso; por lo tanto de esencia solidaria” (Rosanvallon; 1995:37), este autor considera que la nueva cuestión social viene acompañada de la crisis del Estado Providencia y es de orden filosófico. “Se trata de explorar sus términos para comprender el nuevo paisaje social en cuyo relieve se dibuja y aparecen dos problemas mayores: la desintegración de los principios organizadores de la solidaridad y el fracaso de la concepción tradicional de los Derechos sociales para ofrecer un marco satisfactorio en el cual pensar la situación de los excluìdos(…) la concepción tradicional de los derechos sociales, por su lado, comprueba ser inoperante para tratar el problema mayor de la exclusión. El Estado providencial funciona como una màquina de indemnizar, es compensador y descansa sobre el principio de disociación entre lo económico y lo social (…): èsta es una espiral de autodestrucción de la solidaridad:

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para indemnizar la exclusión del mercado de empleo de una gran parte de la población, incrementa cada vez màs los gravàmenes al trabajo, lo que como consecuencia genera la reducción del volumen de èste último”(Rosanvallon; 1995: 10,11). En definitiva, la preocupación del autor a la cual adherimos, es còmo se construye una relación funcional entre la solidaridad y los nuevos Derechos sociales, en la cual el proceso de inserción de los ciudadanos vìa empleo es fundamental; asì las sociedades modernas trasladan la discusión sobre la nueva cuestión social en función del sentido de justicia distributiva, basada en el reconocimiento de las diferencias. Lo Vuolo afirma que “ al tiempo que Rosanvallon propone que la cuestión social es nueva, insiste en que la clave para resolverla es continuar con una sociedad organizada según el mèrito del empleo remunerado que por cierto, es la forma en que se organizaba y resolvía la “vieja” cuestión social. Esto es màs confuso porque, al mismo tiempo, se propone que el problema no està en el conflicto entre el capital y el trabajo. Sin embargo, gran parte de los problemas de empleo en las sociedades modernas se deben a este conflicto, tanto en lo que refiere a relaciones técnicas de producción màs flexibles y ahorradoras de empleo como a la distribución del valor agregado en la producción. Como lo mencionamos anteriormente, insistimos sobre las manifestaciones de la cuestión social contemporànea, en términos de no ser leìdas,

sin tener en cuenta los modos de

organización de la sociedad a partir de la relación entre capital y trabajo, las transformaciones que se han generado en los sistemas de producción y en la velocidad de recuperación del capital, gracias al desarrollo de la tecnología y al avance la informática, han modificado sin duda, las condiciones de trabajo y la reproducción del capital; como producto de ello, se han generado niveles de precarización laboral, desocupación, vulnerabilidad, marginalidad, empobrecimiento y exclusión. Tales manifestaciones, se complejizan y se instalan en el registro de la sociedad capitalista; a partir del concepto de “aporía” de Castel: “La cuestión social es una aporía que pone en el centro una disyunción, renovada, entre la lógica del mercado y dinámica societaria, entre la exigencia ética de los Derechos y los imperativos de eficacia de la economía, entre el orden legal que pretende igualdad y la realidad de las desigualdades y exclusiones tramadas en la dinámica de relaciones de poder y dominación. Aporìa, refiere también a la disyunciòn entre las esperanzas de un mundo que valga la pena ser vivido, inscriptas en las reinvindicaciones por derechos y el bloqueo de perspectivas de futuro para las mayorìas afligidas por una modernidad salvaje que desestructura formas de vida y hace de la vulnerabilidad y la precariedad formas de existencia que tienden a ser cristalizadas como único destino posible. En tal sentido, hacemos incapiè en vincular Cuestiòn social e

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intervención desde el Trabajo social en el marco del campo problemàtico, ya èste implica la lectura del proceso de la sociedad en tanto lógica invertida en la cual se genera la cuestión social, èsta debe ser resignificada en el contexto histórico particular, dicho proceso, o sea el de resignificaciòn, permite instalar las bases en tanto definición del campo problemàtico, se nutren mutuamente, expresadas por los sujetos como demandas que constituyen el punto de partida de la intervención. Para ello, desde la perspectiva teórica que orienta el análisis del campo problemàtico en relación a la cuestión social contemporànea, se plantean algunas consideraciones sobre el concepto de “campo”, como la de Pierre Bordieau, quien plantea como fundamental la estructura econòmica y simbólica de la reproducción y diferenciación social, a lo cual le agrega a tales procesos, la construcción de poder. Para explicar lo planteado, P. Bordieau, retoma las tesis marxistas respecto a la sociedad entendida como una estructura de clases sociales cuyas relaciones entre ambas son de lucha. Trabajar el concepto de lo simbólico, el autor incorpora otras corrientes no marxistas que dan cuenta del sistema simbólico y de las relaciones de poder, de esta perspectiva teórica, plantea cierta revisión que hace del economicismo productivista a través de la siguiente tesis: “ las clases se diferencian por su relación con la producción, por la propiedad de ciertos bienes, pero también por el aspecto simbólico del consumo, es decir, la manera en la que se usan los bienes tramutàndolos en signos” (Garcìa Canclini, 1984:15). En relación al campo, para Bordieau, es dar lugar a dos elementos; la existencia de un capital común y la lucha por su apropiación, la acumulación del capital, de conocimientos o habilidades artísticas es considerada como capital y la de quienes aspiran a poseerlo. En cambio, nuestra perspectiva de campo problemàtico abarca los procesos generales que adquieren particularidades en tanto se refieran a la cuestión social y a sus manifestaciones, la cual se expresa en la vida cotidiana de los sujetos, dicha pràctica, està condicionada por las posiciones diferenciadas que un tipo de organizaciòn social establece y por lo tanto de los reposicionamientos de èstos, lo cual no depende de su voluntad individual ni de sus representaciones simbólicas. En este sentido el concepto de “necesidad”, no se reduce a una demanda, ni lo que el neoliberalismo plantea en el sentido de equipara la demanda de los consumidores con sus preferencias individuales, estos consumidores, son los de “primera” referidos a franjas sociales que concentran el mayor poder adquisitivo, asì son unos pocos los que marcan patrones de consumo, por lo cual el concepto de necesidad, tiene un sentido parcial y autónomo en relación con los derechos mínimos que todos los ciudadanos deberían tener respecto al acceso de bienes y servicios que la sociedad produce. Desconocer la

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necesidad como un derecho y condición humana, es parte de la visión màs conservadora de lo social, lo cual se ha generado en el origen mismo de la cuestión social. La fragmentación de la necesidad en su sentido puramente material es la contracara del carácter universal de las necesidades como derechos sociales, dicho quiebre, establece el carácter clasificatorio de las mismas, y al mismo tiempo, define los términos en los que se sustenta su satisfacción puntual, orientando dicha satisfacción a partir del consumo en relación a las oportunidades y preferencias de los consumidores; comprender el concepto de necesidad, no se relaciona únicamente con lo económico, si no con las condiciones òptimas de reproducción biológica y social de los sujetos, existe una proyección social y política de las necesidades como aspectos emancipatorias en la vida de los mismos, reducir las necesidades a un nivel material, apela a un reduccionismo que empobrece la condición humana: Rozas Pagaza(2001)- La intervención profesional en relación con la cuestión social-Argentina-Edit. Espacio. Toda sociedad y sus gobiernos, reconocen ciertas exigencias básicas para el ser humano, estamos hablando de Derechos sociales, a partir de un orden cronológico de aparición y de reconocimiento, los mismos han surgido, relacionados con la vida, la libertad individual, luego con las libertades políticas y el derecho a participar en el gobierno de la sociedad, la necesidad de combinar libertad con igualdad y sobre todo para la satisfacciòn de necesidades básicas y como cierre, relacionados con exigencias màs controvertidas que afectan a la humanidad entera y/o vinculados con avances tecnológicos y con la mundialización de la economía, la política y la cultura, tal referencia tendría el mèrito de integrar las diferentes tradiciones de la filosofía política occidental- liberal, democrática y socialista- y de sus reinvindicaciones dentro de un esquema de derechos. Plantear el debate sobre los derechos sociales, sería inicialmente enmarcarlos en que històricamente surgieron como resultado de las reinvindicaciones de los trabajadores, en aras de una sociedad màs igualitaria, pero en la actualidad, se han convertido en derechos generalizados a otras capas de la sociedad; con carácter genérico, se caracterizan por su carácter prestacional, es decir por exigir que el Estado, actùe decididamente organizando y planificando la satisfacción de las necesidades básicas, educación, salud, vivienda: Martìnez de pisòn, Jose; (1998), Polìticas de bienestar: un estudio sobre derechos sociales, Madrid, edit.tecnos ); por lo tanto estimamos necesario plantear el concepto de “reconstruir lo público” en tanto su valor, su carácter colectivo (en el sentido de algo compartido, no en tanto realidad empìrica), es lo común a todos”; lo público es lo opuesto a “lo privado” en el sentido de lo que es particular y conforma una de las dicotomías màs fuertes, con gran capacidad de organizar el

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pensamiento social y político moderno, asì, lo público se torna inmediatamente político, lo que en lo institucional obliga a pensar en el Estado. Es público lo conocido y manifiesto, o sea, aquello que està alcanzado por el atributo de la publicidad, por lo tanto lo opuesto es secreto, lo oculto y lo desconocido y por último destacamos que lo público es sinónimo de accesible, de lo que se abre al colectivo, lo que se opone a lo excluyente. Una preocupación sobre las condiciones sociales de legitimidad y legitimación de políticas especìficas, es que toda Polìtica de estado se dirime y participa en la definición de la relación y del carácter público o privado de una cuestión, en tanto actuación de la misma; en el desarrollo de èstas, se van estableciendo los derechos y deberes, las responsabilidades y atribuciones que, sobre lo que constituye el objeto de la política, tienen distintos grupos sociales, instituciones etc, ese objeto son las condiciones de vida de los grupos y clases sociales, asì, podrìamos dar cuenta que la política social puede ser definida como el campo de relaciones y de pràcticas, estatalmente organizado, en cuyo interior se disputa por construir las condiciones de vida y en especial, el trabajo y las necesidades- como asunto público o particular; es decir, como asunto colectivo y parte del interés común, o como cuestión individual, respectivamente. Existe una convicción de que lo público ha sido dañado, siguiendo a la filòsofa argentina Nora Rabotnikof, “ el desvanecimiento de la distinción público/privado y la erosión de la dimensión pública del Estado, se imputan a la endémica debilidad institucional, pero sobre todo,

al

impacto de la crisis”. “… Hay una situación de pèrdida en relación con un pasado, o de anomalía en relación con un modelo histórico normativo.En algunos países de Amèrica Latina, el Estado se habrá vuelto incapaz de proporcionar

los bienes públicos puros (defensa,

seguridad, justicia, administración) que remiten a los roles constitucionalmente fijados. La prèdica

y la pràctica antiestatista de cierto neoliberalismo, habrìan arrasado incluso con

aquellas funciones que, dentro de su imaginario, resultan las únicas legìtimas. Espacio de lo público, es la dimensión de la legalidad pùblica y del Estado como orden legal.” Considerar la alternativa de reconstrucción de lo público, conduce a repensar nuestros Estados: Su papel, sus funciones, su presencia o ausencia, la imperiosa necesidad de revitalizar su accionar como garante del bienestar general. Tambien habrìa que reparar en què tipo de Estado y en què tipo de presencia de Estado, a fìn de evitar peligrosas simplificaciones y reduccionismos, que nos pueden conducir a valorar, como “bueno en sì mismo”, todo lo que provenga del estatal, todo lo que provenga de lo público; es decir, pensar en què Estado queremos, es pensar en què Estado hacemos. Existe una fuerte tendencia a asociar a los servicios y/ administraciones pùblicas con lo ineficiente y hasta con lo corrupto. Mientras que lo privado aparecerìa, e el imaginario

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contrapuesto, como lo idóneo, lo eficiente y lo incorruptible, ni tampoco pensar en proponer ilusoriamente, al Estado como “bueno” per se, habida cuenta del accionar de ciertos tipos de Estado, llámese Estado en la década de los `90 o el Estado autoritario de la pasada dictadura. La recuperación y fortalecimiento de lo estatal debe constituir la centralidad de la reconstrucción de lo público como contraposición de lo privado; un Estado presente, dà cuenta de la revalorización estratégica de lo público, en tanto “lo privado”, por su propia naturaleza, no se hace cargo de estas cuestiones vitales para el conjunto de la comunidad nacional. Lo privado està imbuìdo en la lógica de la mera rentabilidad, encorsetado en lo individual, no general, no de todos ni para todos; lo público se entiende para todos, lo cual refuerza una identidad colectiva que se emparenta con la solidaridad y con la construcción y vigencia de una sociedad que tienda a ser màs igualitaria. Adherimos a las palabras de Norberto Alayon, en relación a otra especificación respecto de lo público sería afirmar que los bienes públicos, espacios públicos y las instituciones pùblicas, nos pertenezcan al conjunto de los ciudadanos, la revalorización, la reconstrucción y el fortalecimiento de lo público, como lo que es común de una comunidad nacional, sus bienes, pero también el lugar donde pueden reconocerse todos quienes forman esa comundad, con lo que tenemos de idéntico y de diferente, constituye una apuesta estratégica para la consolidación de otro tipo de relaciones sociales, basadas en la solidaridad, en la cooperación, en la fraternidad, es apostar al desafío de intentar contribuir a la vigencia de relaciones sociales màs igualitarias, Arias, Bazalo y Garcìa Godoy-compiladoras (2012), Políticas pùblicas y Trabajo social: Aportes para la reconstrucción de lo público, Argentina, Edit. Espacio. Cuestiòn social vinculada

a los Derechos sociales en el marco de la posibilidad de

reconstrucción de la política pública implica un gran desafío, èste se debería orientar hacia sociedades màs igualitarias, para tal logro, no es alienante el modelo político, pues la igualdad se logra conjugando políticas económicas, políticas sociales y una difusión màs exhaustiva en el ejercicio de la ciudadanía. El ejercicio ciudadano influye sobre el sistema de reparto social, no sòlo porque incorpora a los excluìdos en las decisiones políticas y en la deliberación sobre el uso de recursos socialmente producidos, si no también y sobre todo, porque impacta sobre otros terrenos que definen otras formas de igualdad, como el acceso a la justicia, al conocimiento y a la seguridad ciudadana y la mayor preocupación de la sociedad por las desigualdades. Por otra parte, el fortalecimiento de la ciudadanía, permite mejorar los niveles de cohesión social y por ende de legitimidad política para impulsar transformaciones profundas en el ámbito productivo, educacional y de política económica, todo ello conduce a transitar por el camino

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hacia la mayor equidad social: CEPAL (2000) “Equidad y desarrollo y ciudadanía-Agenda social II-Mèxico Edit. Alfaomega.

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