Teniendo en cuenta la temporada invernal sobre Argentina, en sitios donde el frío se acentúa, la bolsa de agua caliente surge como una sana y económica opción para combatirlo.

La historia

Tal y como la conocemos hoy la inventó el croata Eduard Pankala en 1903. Desde el principio la fabricaron con caucho natural o con PVC y su nombre original fue Termofor. Cabe destacar que fue el primer invento patentado de este inventor que posteriormente consiguió más de 80 patentes.

Nada mejor para cuando el frío entumece los pies que calentar agua y meterla en una bolsa de agua caliente.

La bolsa de agua caliente puede convertirse en una gran aliada en los días y noches más frías; ya que se usa muy fácilmente, se puede llevar a todas partes y, generalmente, incluye una funda suave y agradable al tacto. Objeto noble como pocos también denominado “guatero”.

Alivia dolores

Está comprobado que, no solo funciona como fuente de calor, sino que también es capaz de activar receptores corporales que alivian el dolor. Así, al usarla se puede relajar la tensión muscular, aliviar el dolor de la artritis, favorecer la digestión y aliviar los cólicos menstruales, entre otras muchas cosas.

Lo bueno es que se encuentran en farmacias o hasta en algunos supermercados. Además es un método barato para mantenerse caliente.

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