Esculturas geométricas en Enschede

En 1961, poco antes de la ruina total de la industria textil que constituía la actividad principal de Enschede, se fundó la exitosa Universidad de Twente. Las universidades son lugares propicios para el desarrollo de la matemática cotidiana y la de Twente lo pone de manifiesto en la decoración escultórica de su recinto. Seleccionamos tres obras.

La cosa es el título del icosaedro basado en el principio de tensigridad, término acuñado por el creativo arquitecto Richard Buckminster Fuller como síntesis de “integridad tensional”. Se trata de estructuras de barras rígidas que ya hemos descrito en el icosaedro volador de Alicante.

Los doce extremos de seis barras rígidas, paralelas dos a dos y formando un triedro trirrectángulo, son los vértices de un icosaedro regular. Los cables trabajando a tracción dan la ligereza y constituyen 24 de las 30 aristas del icosaedro. Las secciones arista/barra son áureas.

La escultura del campus fue diseñada por Jasper Latté and Jaap Hos;  se localiza en la Drienerloloan.

Otra escultura interesante es la plasmación de uno de los pequeños dodecaedros estrellados diseñados por Escher y que se encuentra delante del centro de investigación Mesa+.

Ya en la periferia encontramos un colorista icosaedro truncado, balón de fútbol o fullereno. 

Del centro de Enschende destacamos el reloj solar declinante en el lateral de la Gran Iglesia que incluye el analema de la ecuación del tiempo.

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