Esta tribu urbana recupera el vestir de siglos anteriores y lo adapta al tiempo actual, resaltando la inocencia de las mujeres

Moda japonesa y victoriana para lucir como una lolita

Cristina Vázquez pasea cuando puede por las calles de Vigo vestida de “lolita”. foto: landin.
Visten de época pero adaptándolo a la moda actual y sienten fascinación por la cultura japonesa en todas sus variantes. Son las llamadas lolitas, una tribu urbana con pocas seguidoras pero muy organizadas.
Visten de época pero adaptándolo a la moda actual y sienten fascinación por la cultura japonesa en todas sus variantes. Son las llamadas “lolitas”, una tribu urbana con pocas seguidoras pero muy organizadas. En Galicia son sólo unas veinte chicas, pero su movimiento por las distintas ciudades está consiguiendo darlas a conocer.
Una de ellas reside en Vigo y tiene 26 años. Se llama Cristina Vázquez y, como ella misma confesó “llevo diez años metida en esto, no es una moda, es una forma de vida”.
Según cuenta, esta tribu nació en Japón, aunque tomaron el nombre de “lolita” en honor a la protagonista femenina del famoso libro de Vladimir Nabokov, que se llemaba así.
De lo que se trata es de “resaltar la feminidad de la mujer”, por lo que a la hora de vestir no dudan en elegir tonos rosa, corsés y vestidos, todo muy recargado y con mucho aire de elegancia. No obstante, lograr esas prendas no es tarea sencilla. Según contó Cristina a este diario “lo habitual es que las compremos directamente a Japón, a través de internet, por lo que nos dejamos un buen dinero en ello”.
Y es que en España no hay tiendas especializadas en este tipo de modas. “Sólo hay una, en Barcelona, donde a veces encontramos algo”, señaló. “No obstante, estos trajes son buenísimos, con telas de mucha calidad, no son disfraces como cree la mayoría, en realidad son nuestros tesoros”, recalcó Cristina.
En total, ella calcula que en su armario tiene alrededor de quince vestidos, a los que complementa con blusas, chaquetas, calcetines, pelucas y complementos. Todo ello implica emplear un gran tiempo para terminar de arreglarse. “Hubo una época, cuando estudiaba en la facultad, en que me vestía todos los días así, pero ahora reconozco que no tengo tanto tiempo, así que aprovecho para ponerme mis galas cuando me reúno con alguna ‘lolita’ y paseamos por la ciudad”, señaló. Ahora sale menos, pero cuando lo hace, se convierte en la verdadera reina de la calle.

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