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Inodoro Pereyra en tiempos de la marea verde

¿Cómo pensar los cambios del humor popular en los nuevos tiempos que corren? Dialogamos con María Caila, actriz y directora de la obra “Inodoro Pereyra, el llanero sanitario”.

Lautaro Pastorini

Viernes 19 de julio de 2019
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A partir de la marea verde ha cambiado la manera de hacer humor en la Argentina. Las viejas formulas donde el centro del chiste pasaba por las formas del cuerpo, el chiste de suegras, y los remates que apuntan a las disidencias sexuales se encuentran hoy en decadencia. En este sentido es interesante para debatir la mirada de María Caila, gran lectora del Negro Fontanarrosa, actriz y directora de la obra “Inodoro Pereyra, el llanero sanitario”.

¿Lo leías a Fontanarrosa antes de trabajar sobre sus textos?

Si, claro, los cuentos, y todas las cosas. Sumamente ocurrente, y cosas que siempre estamos nombrando, “Hu a éste le paso lo mismo que al tipo del cuento de Fontanarrosa”. En vez de que la anécdota sea el tipo, la anécdota es el cuento de Fontanarrosa.

Mi interés es recuperar ese espacio de esta escritura, de este humor porque la mayoría de los niños y los adolescentes no lo conocen. Entonces para mí es un buen momento para llevarlo, para difundirlo, para mostrarlo porque sigue teniendo vigencia, sigue teniendo esa genialidad y es rosarino.

Cuando empezamos en el 90, 91, que hicimos mucho el Inodoro Pereyra, viajábamos al norte, fuimos hasta Neuquén, lo hicimos en Buenos Aires, en Córdoba, en el Litoral, en Formosa, en Salta, en Jujuy. El humor es universal, en todos esos lugares donde lo estábamos haciendo se súper entendía.

Y el lenguaje coloquial, sobre todo

Es muy gracioso encontrarse con un gaucho que hable de esa manera y se ponga a discursar. Y después, todo lo que significa el rulo que le da el Mendieta, ese alter ego, ese otro. Que también forma parte y le cierra, que es tan del humor gráfico también. Pero para nosotros que le hemos agarrado el gusto de hacerlo de manera teatral, no podríamos hablar tanto de lo grafico sino del impacto que sentimos cuando viene la risa, cuando entra el chiste, es maravilloso. Y eso esta bueno. No estamos en un momento en que nos estamos riendo mucho. No tenemos mucho de que reírnos.

Vos me comentabas antes que a partir de la marea verde, cambio un poco la readaptación de los textos del Negro, sobre todo en lo que refiere a los chistes machistas

No es solamente por la cuestión de Fontanarrosa, o sea, el humor ha cambiado y los que tenemos esa responsabilidad de llevar adelante esa forma de comunicación, tenemos que ser muy pensantes y responsables sobre lo que estamos haciendo y de qué nos reímos. Porque es también pensar que no te podés reír más del culo de una mina o de las tetas, hay un montón de cosas que ya están descartadas de plano. Nunca fue tampoco el humor que a mi me gustó, nunca fue un humor que yo lo supiera hacer, no es que no me causara gracia, pero no me parece que era para mi.

Además del “Inodoro Pereyra, el llanero sanitario”, vos ya habías trabajado a los personajes en otras oportunidades…

Yo hice el Inodoro Pereyra muchos años. Con Norberto Campos hicimos una que fue la quinta versión, y yo era una actriz del grupo de La Acción. También me tocó hacer la Eulogia y otros personajes. Pero en ningún momento nos planteábamos para nada esto, siendo que el Negro tiene, y ya es sabido por todos, como una cosa del machismo, del hombre, etc. Que eso también esta gastado de alguna manera.

¿Y cómo se abría la discusión alrededor de esos chistes?

Cuando empezamos a leer los textos de las historietas, las que nosotros habíamos hecho y las que se nos daba por ahí, empezamos a discutir “Uy mira vamos a agarrar este libro”, “No, esto no lo podemos decir”, “con esto nos tiran con algo”, “nos esperan a la salida la marea verde y nos matan”. Pero además por una cuestión de responsabilidad del comunicador de qué es lo que se está diciendo, y más si es “Inodoro Pereyra, el llanero Sanitario” que es una obra que nosotros queremos llevar a escuelas, hablar con los chicos del secundario a ver qué piensan, qué opinan, también para pibes de primaria, no podemos mandar cualquier cosa.

Dentro de lo que es la propuesta de actuación, nosotros hacíamos un tipo que era un domador, que tenía el problema de que la mujer ganaba mas que él, y decía: “Su orgullo viril era mancillado por el feminismo ateo” (risas). Imagínate, imposible de decir eso. Sin embargo, si vos le quitas esas palabras que hacen mención así tan abiertamente al “feminismo ateo”, tiene otra connotación porque al final el tipo termina sumándose a la pyme de la mujer. O sea, deja de hacer su trabajo y pasa a tejer junto con la mujer porque se da cuenta que ahí gana más dinero. Sacando o modificando algunas pequeñas cuestiones, dan risa.

¿Y cuanto hay de Fontanarrosa en esos chistes y cuanto de sus personajes? porque no es lo mismo que el chiste lo enuncie el Inodoro, que es un personaje bruto en algunos aspectos…

Es un machirulo el Inodoro, eso es lo que caímos en la cuenta después de darle muchas vueltas. Es precisamente que el Inodoro representa eso, que nosotros nos estamos riendo de él. Después, por ejemplo, le hicimos una cosa que era bastante loca. Encontramos la posibilidad de hacer un indio trans. Porque los textos daban la posibilidad de meterlo, porque en vez de hacer un indio así, con una caracterización de bestia bruta, era otra cosa y los textos daban perfectamente. Se llama el cacique Chem Puré y decía “Inodoro Toro, venimos a ofrecerle en este año nuevo ranquel, una bonita contribución que dice un saludo especial de gratitud o alabanza, le otorga su salvaje de confianza” y eso causaba muchísima gracia. Ahí tiene el lenguaje inclusivo también, poder decir “vamos les indies”.

Después teníamos muchas historietas que las quitamos, las cambiamos. Agarramos pedacitos, las mezclamos con otras. Pero me parece que en este momento de transición es más importante hablar de otras cosas. Es mucha responsabilidad porque a las mujeres nos están matando. Entonces, pienso que no puede haber espacio ni siquiera para un chistecito por mas inocente que sea.

Por otro lado, yo te puedo asegurar que en el espacio escénico el usar la palabra tal cual las dice Fontanarrosa, te da risa seguro. Ni un punto, ni una coma más. No tenés que agregarle absolutamente nada. Porque el humor grafico del tipo es tan exquisito que es impresionante como es esa palabra y no otra, y es esa caída y no otra. El trabajar desde lo corporal, lo que es el globito, el plop del globito y la caída del chiste, a nosotros nos llego un largo tiempo comprender pero después cuando lo estas haciendo cierra absolutamente todo. Es la palabra que eligió Fontanarrosa.


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