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Red Internacional

La crisis hídrica que vive el país hace años cada día se ha acentuado, sobre todo con la pandemia. La escasez de agua ya es un hecho hace tiempo, consecuencia no solo del cambio climático y las pocas lluvias que se presentan en el año, sino principalmente por la gestión estatal, por la privatización de los derechos de agua y por la intervención empresarial. Casi 80 comunas dentro del país presentan escasez hídrica y 138 de ellas se encuentran con "emergencia agrícola".

Jueves 28 de enero de 2021 | 01:07

Pichidegua es una comuna de la 6° Región de O’Higgins, con una población de 18 mil habitantes. Esta se caracteriza por ser una zona agrícola y donde su principal fuente de trabajo es el campo.
Por lo mismo hace años sus habitantes vienen denunciando y dando una desoladora batalla por la escasez del agua que afecta a la comuna y que tiene la mayoría de los pequeños agricultores y ganaderos a punto de desaparecer.

El alcalde de Pichidegua, (Adolfo Cerón) denunció a El Tipógrafo que “10 fuentes de agua potable rural (APR) están quedando secas por el uso indiscriminado, y hay una desregulación por parte de nuestros parlamentarios de poder legislar en beneficio de la gente en un tema tan sensible como es el agua”.

Desde “Unidos por el Agua Pichidegua”, movimiento ciudadano en defensa del agua y los bosques nativos, formado por pobladores que pelean por reestablecer el agua en la comuna, denuncian un abandono total por parte del estado a las zonas con escasez hídrica. La dirigenta de este grupo Gloria Alvarado, hace unos meses comentaba a la revista Paula que “los problemas no se reducen al bajo acceso de agua para consumo humano y agrícola, sino que también está afectando la vegetación nativa que aporta al ecosistema con la erosión de los terrenos para producir agua, oxígeno y biodiversidad privilegiando además el alto consumo de agua” y asegura también que en la comuna están “funcionando con un 25% del agua que necesitan los agricultores de Pichidegua, lo que se traduce en que los pequeños regantes de la agricultura familiar y campesina tengan que estarse turnando para poder salvar sus cosechas”. (comentó a la Fundación Terram)

Se apunta a la intervención de empresas privadas en el uso excesivo de agua, sobre todo en la plantación de paltas en los cerros, reduciendo el acceso público de agua. Desde la alcaldía como del movimiento por el agua de Pichidegua y su dirigenta (Gloria Alvarado) aseguran que el problema podría ser combatido con una mejor planificación territorial y por la fiscalización de parte de la Dirección General de Aguas, que es la encargada de fiscalizar el uso de aguas potables en las zonas rurales pero que actualmente no cumple su función de regularizar.

No es sequía es saqueo

El gran problema de escasez de agua que viven miles de pobladores a lo largo del país no es simplemente por una falta de fiscalización de parte de las autoridades correspondientes, si no un problema sistemático del capitalismo, donde la privatización de los recursos naturales básicos es indispensable para la acumulación de riquezas a favor de los grandes empresarios que controlan el país. Cuestión que genera pobreza en la población, y la destrucción masiva del medio ambiente.

Es por esto que se hace necesario luchar por la nacionalización total de este recurso, el agua debe ser devuelta a los ríos de una vez por todas y debe ser gestionada por las mismas comunidades que la utilizan para la producción agrícola, quitándole el negocio a quienes saquean el agua para beneficio propio, con el amparo del estado, dejando en extrema sequía a miles de familias que cultivan para subsistir.


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