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Red Internacional

Archivo Rojo. [Video] Los orígenes imperialistas de la Guerra del Salitre y el tóxico nacionalismo aún vigente

El presidente Boric asistirá el día 21 de mayo a la marcha a cargo de la Armada de Chile calificando la invitación como un "honor". La Guerra del Pacífico no debería ser motivo de orgullo para el pueblo trabajador. Fue un conflicto cuyos vencedores fueron las compañías salitreras imperialistas quienes a través de la enemistad entre pueblos hermanos se llevaron la riqueza dejando una estela de sangre y décadas de explotación. En el siguiente video el equipo de Archivo Rojo te cuenta los orígenes y consecuencias de la guerra más sangrienta de la historia de Sudamérica.

Pintura "El repase" de 1888 del pintor Ramón Ruiz muestra un soldado chileno atacando con su bayoneta a una mujer que defiende a un herido durante la batalla de Huanchaco

El 21 de Mayo se celebra, según la historia oficial chilena, el "día de las glorias navales" por la conmemoración de la batalla naval de Iquique, la cual se dio lugar un 21 de Mayo de 1879, en el contexto de la Guerra del Pacífico.

Esta fue una guerra entre el Estado chileno y los Estados de Bolivia y Perú, cuya consecuencia fue el fortalecimiento de los capitales ingleses y chilenos para asentar su dominio económico del salitre dentro de la zona del norte grande, una zona disputada por los tres estados.

El detonante de la guerra y sus financistas

La Guerra del Pacifico, o "guerra del salitre" se desencadena en febrero de 1879, con la ocupación militar del ejército chileno de la ciudad boliviana de Antofagasta. En respuesta al establecimiento de un impuesto por parte de Bolivia a la Compañía de Salitres y Ferrocarriles de Antofagasta, controlada en un 42% por los ingleses de la Casa Gibbs y Cía. Y en un 29% por el empresario chileno Agustín Edwards Ossandón.

Era una perfecta excusa para la burguesía inglesa y chilena para afianzar su control sobre la minería salitrera de Tarapacá y Antofagasta, a la vez que una atractiva salida a la recesión económica que imperaba en Chile en aquella época.

El telón de fondo de la guerra del Pacifico, era la crisis económica abierta desde 1873, que se fue haciendo más fuerte provocando en 1879 una caída abrupta en los precios del cobre, la plata y el trigo, los principales productos de exportación de Chile.

El mismo escenario de crisis internacional hace que las burguesías peruanas y bolivianas decidan entrar en guerra. Como plantea el historiador Luis Vitale, éstas entran a la guerra no solo para defender las riquezas salitreras amenazadas por la burguesía chilena, sino también esperanzadas en que un resultado favorable les permitiría remontar la grave crisis económica y afianzar sus posiciones en el orden latinoamericano.

Estas burguesías fueron apoyadas por Estados Unidos, potencia de América del Norte que con la venta de armas a Bolivia y Perú, buscaba aumentar también su influencia dentro de la zona del Pacífico y hacerse de nuevos mercados.

Gran Bretaña por su parte, invirtió en una victoria chilena enviando lanchas, buques y armas, luego de que el parlamento de Chile diese garantías a los capitalistas británicos de que sus derechos sobre las salitreras no serían tocados.

Consecuencias: expoliación y masacres obreras

En 1883 termina la guerra del Pacifico, pero en realidad fueron los capitales ingleses los únicos vencedores, quienes en 1882 ya eran dueños de la explotación de un 34% del salitre de la zona, pero que en 1890, un año después de la guerra, ya lo eran en un 70% de las oficinas salitreras.

Sin embargo, esta guerra la pelearon los pueblos de la zona que en nada se veían beneficiados de que fueran ingleses o norteamericanos quienes explotaran el salitre. Sus condiciones de vida, aún más empobrecidas con la crisis, no cambiarían con cambiar los capitales burgueses que los explotaban.

Eran los hombres a los cuales la clase alta se refería como indios, cholos, borrachos, flojos e ignorantes, quienes fueron obligados a morir en una guerra que nunca les benefició.

Durante la Guerra del Pacífico entre 1879 y 1884 murieron más de 21 mil personas chilenas, bolivianas y peruanas. Quedaron más de 14 mil heridos y mutilados. La guerra más sangrienta de la historia de Sur América se hizo por intereses capitalistas y estatales en el dominio del desierto y su riqueza salitrera expropiada por el capital inglés. La guerra llevó a los soldados a cometer atrocidades y violaciones de derechos humanos, saqueos, incendios y violaciones abaladas por el general Manuel Baquedano representante de a oligarquía chilena.

Para afianzar el poder capitalista de chilenos y extranjeros que se hacían de nuestros recursos naturales, mucha sangre obrera y campesina tuvo que correr. En 1907 una huelga de las salitreras del desierto de Tarapacá fue violentamente masacrada por el Estado chileno, conocida como la matanza de la Escuela Santa María, cayeron obreros chilenos, peruanos y bolivianos. Las comunidades indígenas habitantes originarios del desierto y el altiplano también fueron desplazados por la guerra a partir de su avance y los resultados de ésta.

Los principales vencedores fueron los intereses imperialistas sobre nuestros recursos naturales, junto a los intereses de la burguesía criolla. Y hasta hoy podemos ver como las burguesías de nuestros países siguen utilizando estos supuestos conflictos limítrofes para alentar políticas nacionalistas y discursos chauvinistas que no hacen más que dividir a la gran clase obrera que en Latinoamérica y a nivel mundial es una misma clase explotada y empobrecida en favor de los proyectos económicos de la clase capitalista dominante.

Gabriel Boric y su primer 21 de mayo "honores las glorias del Ejército"

A 143 años de la guerra del pacifico por el salitre, el día de las glorias navales se sigue celebrando. Este 2022 además se retomará el desfile de Valparaíso, homenajeando a la Marina y con la presencia del Presidente Boric, su Ministra de Defensa del PS Maya Fernández, con Elizalde Presidente del Senado y también el Presidente de la Corte Suprema Juan Fuentes, quienes se dice que compartirán la celebración junto a más de 2000 representantes de las fuerzas armadas, entre la Armada, el Ejército, la FACh, Carabineros y PDI.

En la clase trabajadora tenemos que tener la memoria viva, y recordar que las únicas glorias que el ejército tiene, no nos provocan ningún honor sino sólo vergüenza, ya que es la historia de una institución corrupta, con casos de robo descarado como el Milico Gate y que tiene en su historia manchada con la sangre de miles de muertos, trabajadores, trabajadoras, estudiantes, campesinos, pueblos originarios y pobres, de cada una de las decenas de veces que en la historia han arremetido contra los sectores populares, para defender a la clase empresarial y sus intereses, en contra del pueblo y sus legítimas luchas. Ninguna gloria ni celebración para el ejército asesino.


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