Tres pasos para mirar una obra de arte (y no perderse) según un teórico

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Ilustración: Milo Hachim.

¿No entiendes esa pintura o esa escultura que provoca "algo"? El académico y profesor de historia del arte, Kit Messham-Muir, creó un método para apreciar la creación artística con detalle y no pasar por ella de manera descuidada. Se trata de mirar, ver y pensar, a fin de considerar materiales, símbolos y el contexto socio-cultural.




Las historias similares se cuentan por varias. En una ocasión, la nueva encargada de limpieza en el Museo Bozen Bolzano de Milán notó un cúmulo de colillas de cigarro, trozos de botellas vacías y confeti en el piso de un salón. Diligente, tomó la pala y la escoba para arrojarlos al tacho de la basura. A quién se le ocurría dejar tirada toda esa inmundicia en una sala tan bonita, pensó. Pero lo que ignoraba, es que en realidad había destruido una obra de arte.

Se trataba de la muestra Where are we going to dance tonight?, de los artistas Goldschmied & Chiari. La idea era recrear el final de una fiesta como una metáfora de la década de los 80' en la sociedad italiana, en tanto época de abundancia con todas sus ruinas: hedonismo, consumo excesivo, corrupción y escándalos políticos. Un gesto artístico que, a partir de la noticia de su destrucción, motivó a varios cibernautas a discutir en comentarios y foros si ese montón de desperdicios, más propios de una regada juerga sabatina, era efectivamente una creación artística.

"Aunque parezca paradójico, la vida imita al arte mucho más que el arte imita a la vida", dijo alguna vez el célebre escritor Oscar Wilde. Una afirmación que a la luz de la creación contemporánea, ha motivado a teóricos como Kit Messham-Muir, quien enseña historia del arte en universidades de Australia y Hong Kong, a escribir artículos para explicar al gran público, en términos simples, cómo entender una pintura, una escultura, o una instalación como la que acabó en el basurero del museo italiano.

Por ello escribió para el portal The Conversation una guía para apreciar una producción artística en tres simples pasos. "Cuando vemos algo, ya sea una obra de arte, una película o una valla publicitaria, nuestros cerebros realizan un proceso masivo y complejo de una fracción de segundo de lectura y significado -explica-. Cualquier proceso de comprensión del arte, entonces, se trata de ralentizar ese proceso, descomponer la imagen deliberadamente y evitar saltar a conclusiones instantáneas hasta más tarde".

A primera vista, el método se ve sencillo. Consiste en mirar, ver y pensar. "Los dos primeros, son solo sobre el uso de los ojos y las habilidades de observación -detalla-. El tercero requiere un poco de reflexión, aprovechando lo que ya sabemos e interpretando creativamente lo que hemos observado dentro del contexto más amplio de una obra de arte".

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Ilustración: Milo Hachim.[/caption]

Paso uno: mirar

No más llegar a un museo y el visitante promedio camina a pasos rápidos delante de las muestras. Exactamente, camina. Entre los datos que cita Huff Post, se estima que la gente mira a los ojos a la famosa Mona Lisa por no más de 15 segundos. En general, los datos existentes al respecto no son muy distintos. Por ello lo primero es, efectivamente, mirar la producción.

¿De qué hablamos cuando hablamos de mirar? Según Messham-Muir se trata de poner atención a los detalles constitutivos de la obra. El teórico entrega algunas preguntas a modo de guía: ¿qué medio o material es: una fotografía, un objeto, una pintura? ¿cómo se ve? ¿áspero y rápido? ¿liso y aseado? ¿brillante? ¿sucio? ¿hecho con cuidado? ¿lanzado de forma precipitada?

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Horacio, de Rebeca Matte.[/caption]

A su juicio, tener en cuenta estos detalles no es mero capricho. Entrega pistas sobre el significado de la creación. "El artista habrá tomado algunas decisiones muy deliberadas sobre los materiales, el estilo y el enfoque, y estos se incorporarán directamente a la sensación general y al significado del trabajo", explica.

Por ejemplo, una escultura como Horacio, de la chilena Rebeca Matte, que se puede observar en el Museo Nacional de Bellas Artes, nos proporciona cierta información solo con una mirada inicial. La superficie porosa del mármol -tallado en una pieza-, también deja ver ciertos detalles trabajados con cuidado, como la expresión severa del rostro, o las rígidas venas de los brazos.

Paso dos: ver

Pareciera que mirar y ver fuesen conceptos muy similares, o con alguna mínima diferencia de grado. Pero según Messham-Mui, la clave está en la profundidad. "Mirar consiste en describir literalmente lo que está frente a ti, mientras que ver consiste en aplicarle un significado. Cuando vemos entendemos lo que se ve como símbolos, e interpretamos lo que está frente a nosotros".

Es decir, se trata de una lectura de la simbología que el artista incluyó en su trabajo. Es lo que el historiador del arte Erwin Panofsky llamaba iconografía; "es la rama que se ocupa del asunto o significación de las obras, en contraposición a su forma" define en su libro El significado de las artes visuales.

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La persistencia de la memoria, de Dalí.[/caption]

Para clarificar, en un cuadro como La persistencia de la memoria, del español Salvador Dalí, está presente una imagen que se repetiría en otros momentos de su carrera: los relojes fundidos. El pintor del mostacho vistoso la sacó directo de un sueño sobre un queso Camembert que se derretía una calurosa tarde del verano boreal. Lo asoció al inexorable avance del tiempo, que se devora a sí mismo, como el uróboros, y a todo lo demás.

Por cierto, hay representaciones menos literales. En ese caso puede retroceder hasta el primer paso, y descifrar con qué materiales se hizo, los colores, su disposición y luego establecer su relación con el total de la creación. Precisamente, ese es el final del proceso.

Paso tres: pensar

A partir de lo que se ha hecho de forma previa, se trata de interpretar una respuesta. Es decir, es ante todo un proceso subjetivo en que no se busca dar con una solución exacta e inequívoca. Más bien, es organizar de manera creativa nuestra experiencia con la obra de arte.

Según Messham-Mui, la clave es el contexto. "Ayudará a dar sentido a lo que ya ha observado. Gran parte de la información sobre el contexto generalmente se proporciona en esas pequeñas etiquetas aburridas que le dicen el nombre del artista, el título del trabajo y el año".

¿Y si no sabemos nada del creador en cuestión? Habría que entrar en los detalles: "¿Qué sugiere su nombre sobre de dónde podrían ser? Los paneles de texto en las galerías generalmente tienen las fechas del artista y el lugar donde nació. Estas son pistas importantes. Naturalmente, un artista nacido en la Unión Soviética en la década de 1930 tendrá experiencias de vida muy diferentes a las que tuvo en España en la década de 1960".

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Guernica, de Picasso.[/caption]

A ello se suma considerar el momento en que se encontraba la sociedad al momento en que se produjo la pieza. El famoso Guernica, de Pablo Picasso, no se entiende sin el horror de la Guerra Civil Española. Por ello, el teórico sugiere algunas preguntas clave: ¿cuándo se hizo el trabajo? ¿qué sabes sobre lo que estaba sucediendo en ese momento, incluso si es este año? ¿dónde se hizo el trabajo? "Los artistas producen trabajos que responden al mundo en el que están inmersos todos los días -asegura- por lo que el 'cuándo' y el 'dónde' darán pistas sobre lo que estaba sucediendo".

Por ello es que las desdichadas botellas y colillas de Where are we going to dance tonight?, barridas por la encargada de aseo, nos hablan de una época. Fue la manera que sus creadores escogieron para resumir el desenfreno de un período. En este caso, los residuos de una noche cualquiera, perdida en los ochenta. No importaba mostrar el qué, sino el cómo. Por eso no importaba tanto saber sobre los autores, pero sí relacionar el mensaje con su tiempo.

Para el final, una consideración. Visitar una galería de arte no es como recorrer el frío pasillo de un supermercado. No se trata de "cumplir". "No tiene que mirar (o gustar) de todo. ¿No te gustan esas pinturas del Viejo Maestro de ricos blancos muertos? Bien, no pierdas tu tiempo con ellos. Alternativamente, si amas esas cosas y odias el arte moderno, enloquece".

"Intentar ver todo en una galería importante en una hora es como ir a un cine múltiplex y tratar de ver las 12 películas en una hora corriendo de un teatro a otro -asegura Messham-Mui-. Nada tendría sentido".

Sobre el autor:

Periodista de Culto y creador de Yakaranda Magazine.

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