Milton Glaser, autor del logotipo «I love NY»

X. F. REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

Glaser, con dos de sus trabajos más conocidos, el logotipo de Nueva York y el póster de Bob Dylan
Glaser, con dos de sus trabajos más conocidos, el logotipo de Nueva York y el póster de Bob Dylan

El diseñador creó iconos como el póster psicodélico de Dylan y la imagen de DC Comics

27 jun 2020 . Actualizado a las 17:53 h.

El diseñador Milton Glaser, fallecido el viernes -justo el día que hacía 91 años-, nació en el Bronx en el seno de una familia de judíos procedentes de Hungría. Como otros tantos inmigrantes de segunda generación, abrazó la mejor tradición liberal e integradora de su ciudad natal y, quizá por ello, consiguió sintetizar como pocos su identidad con tan solo cuatro caracteres: tres letras y un corazón.

Ese «I Love New York» se ha convertido no solo en un símbolo de la ciudad sino en un hito del diseño contemporáneo, nacido de una carrera en la que no faltan grandes logros. Por citar solo dos: el póster que retrató a Bob Dylan en la cúspide de la era psicodélica -1966- y el logotipo de DC Comics. El uso innovador de la tipografía, el color y la inspiración en la historia del arte y del diseño permitieron a Glaser destacar con sus trabajos, en los que también se percibe el optimismo de esa década prodigiosa que fueron los sesenta antes de que llegase el fin de la inocencia del decenio posterior.

Fue precisamente el alarmante hundimiento que experimentó la ciudad en los setenta del siglo pasado el que llevó a las autoridades a diseñar una campaña publicitaria que funcionase hacia el interior y el exterior: debía atraer visitantes y, a la vez, subir la moral de los ciudadanos. Glaser no cobró por su aportación, un dato que cobra relevancia si se tiene en cuenta los incontables objetos turísticos y de mercadotecnia donde aparece. El diseñador incluso retocó su creación tras el 11-S, otro momento crucial.

Glaser creó un icono de la cultura pop que a su vez referenciaba la corriente en boga del pop art, la obra LOVE de Robert Indiana. También para el póster que acompañó el álbum de grandes éxitos de Dylan miró hacia el pasado, hacia Duchamp y el art noveau en el que se mira la tipografía que creó para el cartel. No obstante, Glaser prefería no hablar de arte para su trabajo y circunscribirlo a la denominación del diseño, lo que no fue obstáculo para que su obra se coleccionase y entrase en los fondos de grandes museos, además de ser material de estudio y protagonista de un documental.

A lo largo de su carrera, Glaser puso su talento visual al servicio de instituciones y empresas, desde universidades a cerveceras. Mantenía dos estudios, uno en Nueva York para despachar el trabajo más organizativo y de gestión, mientras que en Woodstock se ocupaba de que fluyese la creatividad. Defendió siempre el dibujo como la base de su actividad, una característica que, según creía, confería unidad a una producción que precisamente hacía gala de su gran diversidad. «Muchas veces parece que no lo he hecho yo, porque lo que se necesita es una ausencia de estilo», afirmaba, poniendo de relieve cómo era capaz de silenciar su ego y ponerlo al servicio del trabajo en cuestión. Tras el virtuosismo que marcó sus inicios, su producción se fue depurando: «Me fascina buscar formas de expresar ideas complejas de la forma más sencilla». Lo que él hizo con su ciudad natal.