Frank Gehry nunca quiso cubrir el Guggenheim de Bilbao con titanio, sino con acero inoxidable (y la razón por la que finalmente cambió de opinión)

Nos sumergimos en los secretos de este icono que cambió el destino de la ciudad vasca para siempre y descubrimos por qué Frank Gehry decidió cambiar el acero inoxidable por titanio.
Guggenheim Bilbao
ERIKA EDE © FMGB GUGGENHEIM BILBAO, 2022

Astilleros distópicos, montañas de contenedores y barcos apuntando al Cantábrico. Durante décadas, el barrio de Abandoibarra fue el pulmón industrial de Bilbao aprovechando la estratégica ubicación junto a la ría que atraviese la ciudad vasca. Sin embargo, un buen día de los años 90 los barcos dejaron de navegar río abajo para abrir paso a una nueva embarcación revestida de titanio y una promesa, la de transformar para siempre el entramado urbano de Bilbao y convertirlo en referente universal. 25 años después, el Museo Guggenheim es mucho más que una pinacoteca: es el gran motor económico y cultural que cambió para siempre la imagen del País Vasco en el mundo. Y por supuesto, hay que celebrarlo.

El astillero donde brotaron 38.000 flores

Existe un perro muy diferente al resto. Es un cachorro escocés de la raza West Highland White Terrier de 16 toneladas, tiene esqueleto de acero y una piel recubierta de 38.000 flores contenidas por una malla geotextil. Este cachorro nació de una obra temporal del autor Jeff Koons en el castillo alemán de Waldeck. Después viajó al Museo de Arte Contemporáneo de Sídney y, finalmente, en octubre de 1997, desembarcó en la entrada de un museo de la ciudad de Bilbao. Le llamaron Puppy y se convertiría en punta de lanza de una revolución que transformaría para siempre la ciudad.

Puppy en el Guggenheim Bilbao.ERIKA EDE © FMGB GUGGENHEIM BILBAO, 2022

Frank Gehry nunca quiso cubrir el Guggenheim de Bilbao con titanio, sino con acero inoxidable

Abrazar la renovación que imponía el nuevo milenio engrasó el motor de un Museo Guggenheim - franquicia de la Fundación Solomon R. Guggenheim - ideado por el arquitecto canadiense Frank Gehry. El mago del contrapunto se apoyó en la genialidad de combinar varias influencias sobre un patrón de volumetría forjado en titanio, uno de los materiales que mejor se prestan a la curvatura en su máxima expresión. “Empezamos con acero inoxidable y le hicimos de todo: lo golpeamos, lo tratamos con ácido. Probamos todos los recursos de manual para que el material fuera más expresivo; fue muy frustrante”, cuenta Gerry, quien un día encontró un trozo de titanio en su despacho que sujetó al poste de un teléfono. “Aquel día estaba lloviendo y, cuando miré el titanio había cobrado un tono dorado y pensé: ¡Dios mío, qué hermoso!"

Los paneles brillantes empleados en la construcción evocan las escamas de un pez, si bien desde el río el edificio se asemeja a un barco. Todas las perspectivas evocan un singular homenaje a esta antigua zona portuaria y sus tradiciones navieras, alma de un área urbana totalmente remodelada que abarcó la ampliación del parque de Doña Casilda, el paseo Eduardo Victoria de Lecea o la creación nuevos edificios como la Torre Iberdrola, entre otras proezas. El milagro de convertir una zona decaída a prueba de coches y contaminación en un oasis peatonal delimitado por el Puente de la Selva y un horizonte hinchado de optimismo.

ERIKA EDE © FMGB GUGGENHEIM BILBAO, 2022

La punta de lanza de esta transformación la encontramos en la gran estrella del Guggenheim: el Puppy, una escultura de 12.4 metros obra del autor Jeff Koons inspirada en un cachorro de la raza West Highland White Terrier. La mascota favorita de Bilbao fue erigida en una estructura de acero recubierta de 38.000 flores en la entrada del museo, atrayendo todas las miradas desde el primer momento. La iconografía del Guggenheim también se nutre de otras obras en su zona exterior como “Mamá”, la araña de Louise Bourgeois situada junto a la ría y concebida como homenaje a la madre de la artista, una tejedora, evocando así la duplicidad de la naturaleza de la maternidad. Perfectos satélites de una pinacoteca concebida hoy como uno de los grandes oasis del arte global en todo el mundo.

El Museo Guggenheim engloba hasta 24.000 metros cuadrados de superficie de los cuales 9000 se destinan a espacio expositivo donde laten las obras y exposiciones más vanguardistas. El resultado a tantos esfuerzos se vio recompensado: en su primer año llegó al millón de visitantes - este verano de 2022, el mejor de su historia, alcanzó la marca de 449.477 visitantes -, un imán atemporal por el que hasta el propio James Bond se dejó caer en la película El mundo nunca es suficiente (1999), seña de un Guggenheim encargado de conducir a Bilbao al siglo XXI por todo lo alto. 25 años después, las flores siguen brotando y existen muchos motivos para seguir celebrando.

ERIKA EDE © FMGB GUGGENHEIM BILBAO, 2022
ERIKA EDE © FMGB GUGGENHEIM BILBAO, 2022

Posible ampliación del Museo Guggenheim de Bilbao

La ecología es también motivo de discordia estos días en torno al Museo Guggenheim y su ampliación en el área del espacio natural de Urdaibai. El primer boceto, gestado durante los últimos 15 años, engloba un conjunto de edificios - la antigua fábrica de cubiertas La Dalia, un centro de estudio y una residencia de artistas - en Gernika, conectado con otro centro expositivo en la localidad de Murueta a través de una vía verde de 5 km mecida por los susurros del cercano río Oka. “Un museo relacionado con la naturaleza y pensado para hacer una visita más lenta”, aseguraba el directo del Guggenheim, Juan Ignacio Vidarte, a El País recientemente.

Por su parte, los grupos ecologistas oponen resistencia a una supuesta “muerte anunciada” para la comarca debido a la masificación del turismo que sufrirá este entorno privilegiado y la violación de normativas ambientales. El grupo Zain Dezagun Urdaibai sostiene diferentes alegaciones respecto a la modificación del Plan Territorial Parcial del Área de Busturialdea como contrapunto a “un contexto de excelencia ecológica”, según el comité del museo.

Comprobaremos si, con el tiempo, nuevos barcos son capaces de alcanzar otros ríos para transformar el entorno en el mejor de los sentidos.

Sigue leyendo…